lunes, 30 de diciembre de 2013

Lucksaw's 2013 Top Ten

 Ah, 2013, otro año a puro derroche cinéfilo.
 No se porqué, pero siento que cada año que pasa se hace cada vez más difícil elegir diez películas que representen lo mejor del año. ¿Será que con, cada año que pasa, los directores pulen aún más sus artificios directoriales y entregan pequeñas obras maestras? Probablemente. ¿Será que mi ojo crítico se está acostumbrando mucho a ver cine del bueno? Más que seguro. Aunque el orden númerico sea más que caprichoso - tengo que admitirlo, si no hay orden, mi mente se sume en un caos - la verdad que las diez propuestas acá presentes engloban todo lo que quiero ver en una película para disfrutar una y otra vez, desde apuestas actorales arriesgadas hasta verdaderas obras de arte cinematográfico que quedarán para la posteridad.

 Como siempre, muchas de las candidatas a las próximas galas de premios no llegaron a los cines locales, así que films con mucha anticipación como 12 Years a Slave, All is Lost, American Hustle, August: Osage County, Dallas Buyers Club, Her, Inside Llewyn Davis, La vie d'Adéle, Nebraska, Philomena, The Wolf of Wall Street y Saving Mr. Banks no estarán en este conteo.

 ¡Que comience la lista!

Número 10 - The Bling Ring: Se la ama o se la odia. No hay medias tintas. Sofia Coppola arremete con todo en esta radiografía hacia la vacuidad de las nuevas generaciones, y el consumo excesivo de todo lo que pueden ofrecer los deplorables ejemplos de estrellas del vacío mismo como Paris Hilton, Lindsay Lohan y demases. Sin juzgar y sin señalar, la banda de jóvenes obsesionados con la fama son el eje de esta superficial iteración de la joven autora, que a través de la banalidad supo armar un relato que pocos entendieron como tal, y pensaron que era una obra sin esfuerzo. Recién salida del gigante que significó la saga Harry Potter, Emma Watson descolla en su interpretación de Nicki, una chica que sólo quiere estar preciosa, robarle a Paris Hilton y, algún día, ser presidenta. Ninguna boluda ella.

Número 9 - The Conjuring: Saw no fue ningun golpe amateur, y película tras películas James Wan fue demostrando que tenía talento de sobra, y poco a poco fue escalando en las grandes ligas del horror. Luego de la sorpresa que generó Insidious, Wan ejecutó un golpe final dentro del género com este homenaje a las casas embrujadas que generó una oleada inmensa de boca a boca y se convirtió en el suceso de horror más grande del año. Un clima sofocante, sustos bien milimetrados y un elenco de primera hicieron de The Conjuring una experiencia inolvidable.

Número 8 - About Time: Ó de como descubrí el amor nuevamente, de la mano de Richard Curtis. Nunca había visto una película del director de Love Actually ó Nothing Hill, ni tampoco fui un  romántico empedernido, pero esta pequeña gran película hizo que mi corazón pegue un salto de °180 en la dirección correcta. A momentos edulcorada a más no poder, durante otros demoledoramente realista, el giro de ciencia ficción le da otra tonalidad, una capa diferente que la separa de cualquier comedia del subgénero. Y claro, hablando de un maestro de los tejes y manejes del amor, Curtis no podía estar más lejos de crear una pequeña joyita romántica. Más allá de la parejita protagónica de Domhnall Gleeson y Rachel McAdams, el golpe de estado actoral lo genera Bill Nighy con la sincera caracterización del padre del protagonista. Simplemente véanla y déjense llevar por el romance, como yo.

Número 7 - Prisoners: En la reseña, la proclamé como "una de las cintas más estremecedoras de año, donde la reflexión recae sobre las miserias más profundas del ser humano gracias a una historia más cercana de lo que a uno le gustaría reconocer". Sigo manteniendo mis palabras para con este inmenso thriller del canadiense Dennis Villeneuve, que genera a partir de una situación tristemente realista una cascada de decisiones morales aún más realistas, todo bajo la influencia de sus pilares, dos grandes actores de la talla de Hugh Jackman y Jake Gyllenhaal, que lo dejan todo en la cancha con sus comprometidos personajes. Impactante desde el minuto uno, y un merecido lugar en este ranking.

Número 6 - Django Unchained: El nene caprichoso de Hollywood vuelve a lograrlo, y con Cjango Unchained vuelve a demostrar su pasión por el spaghetti western con más fuerza que nunca. Irreverente, brutal, sangrienta y rebosante en humor negro, Quentin Tarantino le imprime a su séptima película su sello inconfundible y nos entrega en bandeja de plata un festín de dos horas y media de puro tiroteo y gente muerta. Nunca se olviden, the D is silent.

Número 5 - Captain Phillips: Ver este peliculón de Paul Greengrass fue un curso acelerado a su filmografía, porque fue la primera vez que me senté a apreciar la calidad del relato del director, y me dejó todos los músculos entumecidos de la tensión. Tom Hanks demuestra, en una clase magistral de actuación, lo bien curtido que lo dejaron los años. Como el capitán de un navío secuestrado por piratas somalíes, Hanks nos permite ver una actuación humana y muy real, dentro del marco de una pesadilla que sucedió en la actualidad, nada más alejado de la ficción. Greengrass se marcó un punto bastante grande en mi libro de notas, y espero revisar sus películas pasadas - y esperar las futuras - con el mismo ahínco con el que salí de la sala al ver este descomunal drama.

Número 4 - Blue Jasmine: Pocos directores pueden sacar lo mejor de sus actrices, y quien mejor que Woody Allen para darle lo que posiblemente sea su llave para el Oscar a la demoledora Cate Blanchett, quien con su neurótica Jasmine en pantalla hilvana uno de los mejores personajes de la temporada, y quizás hasta de su carrera al completo. Cruda, incisiva, ligera y ágil, todas características presentes dentro de la filmografía del habilidoso autor, quien se anota nuevamente una victoria con esta recreación de la vida de una mujer que apuntó bien alto en la vida y cuya nueva realidad no es lo que mejor le sienta.

Número 3 - Silver Linings Playbook: Oh, David O. Russell, gracias por tanto. Esta dramedia romántica al principio parecía una más del montón, pero su delicada y frágil historia - enfermo mental conoce a enferma mental, generalizando - hizo que muchos cayeran a sus pies. Si sumamos unas perfectas interpretaciones de parte de Bradley Cooper y la flamante ganadora del Oscar Jennifer Lawrence - por este mismo papel, nada más y nada menos - el combo resultante es una película entrañable, emotiva y estruendosa a partes iguales.

Número 2 - Before Midnight: La historia de Jesse y Celine me llegó tarde, tan así que vi la trilogía en menos de 36 horas, pero las dos primeras partes no me prepararon para lo que vendría en la tercera entrega. Un viaje a las excitantes costas de Grecia sirven de trasfondo para la charla de pareja más aguda, desgarradora y extremadamente real del año. Quienes estén en pareja hace años y no sientan punzadas varias de sentimientos, tanto de amor y/ó odio para con los protagonistas, son de piedra. Nuevamente, Richard Linklater ha grabado en piedra un testimonio para la posteridad en materia de relaciones.

Número 1 - Gravity: Que una película que dure unos escasos 90 minutos te tenga atado a la pantalla, ya sea por el manejo de un suspenso que supera la calificación de tenso, o por su hermosa composición cinematográfica, es un mérito gigante que merece ser reconocido y recordado durante muchos años. El mexicano Alfonso Cuarón se supera a sí mismo con una historia espacial escalofriante - nunca más querrán ser astronautas como vocación futura - a la vez que teje un drama personal que redefine el viaje de superación en el personaje de una inmensa Sandra Bullock en el mejor papel de su carrera. Gravity es una experiencia única, para vivirla en una sala de cine, pero para recordarla una y otra vez. Perfecta por donde se la mire.

 Otro año cinéfilo se nos va. Tenía hasta veinticinco opciones para este conteo anual, pero a fuerza de patadas tuve que ir pasando el tamiz hasta que quedasen tan sólo las diez con más potencia visual y emocional. No me olvidé de la tierna Enough Said, o de la genial The Heat. Tampoco del neón y el Alien de Spring Breakers, ó el Superman remixado de Man of Steel. Simplemente, llegaron muy lejos, pero varias compañeras las superaron en emociones.

 Será hasta el año que viene, que se antoja tan promisorio como éste 2013 que ya nos abandona.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Actividad Paranormal 4 (Paranormal Activity 4)

Año: 2012.
Género: Terror.
País: Estados Unidos.
Duración: 97 minutos.
Dirección: Henry Joost y Ariel Schulman.

Intérpretes:Katie Featherston, Kathryn Newton, Matt Shively, Brady Allen, Aiden Lovekamp, Stephen Dunham, Alexondra Lee.

"Han pasado cinco años desde la desaparición de Katie y Hunter, y una familia suburbana es testigo de extraños eventos en su vecindario cuando una mujer y su hijo se mudan al barrio."

Con todo el respeto que le tengo a lo sobrenatural y al creador de la saga Oren Peli por haber creado una de las historias más sugestivamente terroríficas de los últimos años, realmente me siento completa y totalmente asombrado de que Paranormal Activity 4 haya sido presentada dentro de la línea canónica de la historia de Katie y el demonio que la persigue desde pequeña. Aburrida de principio a fin, es loable la capacidad que tuvieron los productores de arrinconarse contra la pared al pergreñar la secuela más tediosa y cansina de todas, incluso superando a la segunda parte.

Todo lo bueno que habían logrado Henry Joost y Ariel Schulman previamente se pierde en esta secuela por encargo, desprovista de la magia que los amigos que crearon la recomendable Catfish trajeron consigo a la saga. En cierto glorioso momento de la tercera parte, todos los elementos de la cocina desaparecen para, acto seguido, caer con estrépito al suelo, en uno de los sustos mejor calculados de la entrega. En Paranormal Activity 4, tan sólo un cuchillo desaparece de la cocina. Este solo ejemplo sumariza el acotado nivel de sustos presentes. Y así con cada momento de la película. En vez de avanzar tanto argumentalmente como subirle el volumen al terror en pantalla, parece que se estancan o van hacia atrás. No responden ninguna pregunta y solo agregan alguna incognita más.

 Si bien el uso de cámaras de diversa naturaleza era una opción bastante mañida en las anteriores partes, en la cuarta directamente todo pasa por el ojo de la pareja joven protagonista, que gusta de llevar una cámara, una laptop o un celular para charlar durante todo momento, hiperconectados. Cuando las cosas empiecen a oscurecerse - en tímidos grises, todo estilo Disney - ahí es cuando entra a colación el uso de más computadoras grabando a capacidades inauditas, y agregando el estúpido recurso de la captura de movimiento del Kinect. No sólo el recurso es poco novedoso, sino que su propósito queda reducido a la nada misma cuando se descubre su uso para con la trama.

Tampoco ayuda el hecho de que el elenco se ve menos inspirado que nunca. Nadie en el pasado se llevaba un premio a mejor actuación, pero al menos su personificación bastaba para sentir un poco de empatía, pero en el caso de Kathryn Newton y su Alex no se tiene ni una pisca de simpatía por ella, y menos que menos con su novio - un blando Matt Shively, que saca un par de risas pero nada más. El punto de no retorno son los pequeños, liderados por el insoportable Robbie de Brady Allen, quien causa más gracia que miedo y misterio, como se nos quiere hacer creer. Paranormal Activity 4 finalmente ha comenzado a mostrar signos de cansancio. Está claro que el formato que se repite secuela tras secuela puede ir agotando hasta al más fanático, pero el pozo argumental al que se arrojó esta cuarta entrega es increíblemente decepcionante, más aún viniendo del equipo que logró posicionar a la franquicia en lo alto con la explosiva predecesora.


El mal sabor de boca dejado por esta insípida cuarta parte dio lugar a que en Octubre de 2013 no hubiese una quinta entrega, rompiendo con la racha de Halloween que alguna vez destronó a Saw. El tiempo dirá si en Octubre de 2014 tendremos finalmente las respuestas a varios interrogantes que vienen generando picazón desde el inicio, y si los productores finalmente dejan reposar al demonio de una vez por todas.

Calificación: D+

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Un lugar para el amor (Stuck in Love)

 También conocida como 'Un lugar para mí', 'Escritores' y 'Un invierno en la playa'

Año: 2012.
Género: Comedia - Drama - Romance.
País: Estados Unidos.
Duración:97 minutos.
Dirección: Josh Boone.
Intérpretes: Greg Kinnear, Jennifer Connelly, Lily Collins, Nat Wolff, Logan Lerman, Kristen Bell, Liana Liberato, Rusty Joiner.

"Un aclamado escritor, su ex esposa, y sus hijos adolescentes experimentarán las complejidades del amor en todas sus formas en el transcurso de un invierno en la playa..."

Debe ser difícil ser un escritor dentro de una familia de escritores. Sino, vayan y pregúntenle a algunos de los miembros del núcleo familiar de Stephen King que se siente vivir bajo la alargada sombra del talentoso autor de terror. Más allá del hilo conductor que puede resultar una familia de escritores - tópico llevado varias veces a la pantalla grande y con resultados dispares - lo que motiva a la familia Borgens, además de la literatura, es el amor. Ya sean realistas o puramente románticos, los integrante de la familia Borgens tienen diferentes visiones sobre lo que significa enamorarse, y también son esas visiones del amor lo que los separan entre sí.

 Josh Boone se despacha en Stuck in Love con una comedia romántica ligera, de su propia autoría, que narra las vicisitudes del amor verdadero al mismo tiempo que con, sutileza y no sin cierta franqueza e ironía, presenta una radiografía moderna de las relaciones actuales, con foco en una familia un poco atípica.

En la piel de Willam Borgens, Greg Kinnear vuelve a repetir ese papel que tan bien le queda, el de hombre de familia sensible y amistoso, que debe sostenerse en sus hijos adolescentes luego de que su esposa se case con un hombre más joven y apuesto que él. Habiendo pasado dos años desde ese momento, el bloqueo de escritor se encuentra en efecto, y la ruptura lo dejó tan marcado que muchas noches se pasea por la casa de su exmujer para espiar que tal la pasa su media naranja perdida. Kinnear es uno de los ejes narrativos del film, pero los otros dos tienen más potencia que el suyo.

 Sus hijos, también escritores en ciernes, están protagonizados por Lily Collins y el joven y fresco Nat Wolff, ambos sin dudas las revelaciones de la historia. No sólo tienen que explorar el mundo por sí mismos, sino que tienen el peso de experimentar la vida por insistencia de su padre, experiencia que los ayudará a convertirse en los escritores en potencia que son. Ella por un lado, irradia anarquismo social y se acuesta con chicos al azar para que las estúpidas reglas para relacionarse y encontrar pareja no la afecten, mientras que su joven hermano cae bajo el encanto de una compañera de clase con malas compañias y peores hábitos. 

Collins, que viene del asfixiamiento de protagonizar una saga juvenil como The Mortal Instruments, se nota a gusto con su papel libertino y genera una buena química tanto con Kinnear y Wolff como con su interés amoroso encarnado por Logan Lerman, otra estrella en ascenso al que le queda la etiqueta indie - recordemos que protagonizó la excelente The Perks of Being a Wallflower. A pesar de que su papel es el detonante de toda la trama, la presencia de Jennifer Connelly no tiene el peso que a uno le gustaría - la cámara adora a Jennifer, eso es algo obvio - y no se siente como que su personaje haya sido muy desarrollado, en pos de profundizar a los otros miembros Bergens. El resto del elenco femenino secundario resta en los hombros de Kristen Bell, que aparece en algunas escenas en un rol bastante diferente para lo que nos tiene acostumbrados pero con la misma chispa habitual de la actriz, mientras que Liana Liberato es la enamorada del joven Rusty, esa belleza que se sienta a unos cuantos asientos detrás de él y que le da un nuevo giro a la típica adolescente americana.

 A pesar de que la película no cuenta con una cantidad aplastante de sucesos importantes que agreguen problemáticas a la trama, el trabajo de Boone es para seguir de cerca, siendo esta su primera incursión en el cine. Un ávido fanático de Stephen King, se nota desde las primeras escenas que es su escritor favorito, haciendo que el integrante menor de la familia sea un seguidor insistente del escritor, hasta el punto de recibir un inesperado cameo del afamado señor del terror.


 Y si no era aval suficiente que la bibliografía de King no inspira de alguna manera a Boone, su próxima película después de The Fault in Our Stars lo termina de confirmar: será el encargado de dirigir Lisey's Story, una de esas historias de Stephen que se aleja del terror y se apoya mucho en los lineamientos de los lazos familiares y el amor, claro, temas que en este primer proyecto del director abundan.


Quizás no pase a la posteridad por su mensaje o su potencial fílmico, pero Stuck in Love ofrece una cálida y tierna visión sobre conflictos que toda persona tiene en su vida.

Calificación: B


lunes, 16 de diciembre de 2013

Kon-Tiki

Año: 2012.
Género: Aventura.
País: Noruega.
Duración: 118 minutos.
Dirección: Joachim Rønning y Espen Sandberg.
Intérpretes: Pål Sverre Valheim Hagen, Anders Baasmo Christiansen, Gustaf Skarsgård, Odd-Magnus Williamson, Tobias Santelmann, Jakob Oftebro, Agnes Kittelsen.


"En 1947, sumergido en un mundo cansado de la guerra y fascinado por la juventud, el noruego Thor Heyerdahl desarrolla una revolucionaria teoría, postulando que la Polinesia había sido poblada desde América del Sur y no desde Asia como sostenían los círculos científicos de la época. Para comprobar su teoría decide embarcarse en una peligrosa expedición a través del Océano Pacífico."

Kon-Tiki es un triunfo de la cinematografía noruega, de la europea en general si vamos al caso, ya que pocas veces se puede ver una producción extranjera tan bien lograda, arriesgada y visualmente poderosa. No hace mucho, Hollywood vio el caso de un náufrago en circunstancias extraordinarias con Life of Pi, que personalmente fracasó en lograr una conexión humana con su protagonista. En cambio, la aventura presentada por Joachim Rønning y Espen Sandberg es, como reza el título, un viaje fantástico no de aventuras, si de aventureros. La temida monotonía que aparentemente conlleva este tipo de películas, la suple con escenas maravillosas de naturaleza salvaje bastante sobrecogedoras.

Entre los méritos de la película resalta la fidelidad a los hechos históricos. Si bien esto aporta poco a los que esperaban un film lleno de intriga, o un drama psicológico entre quienes cruzaron en una reducida balsa el portentoso Océano Pacífico, el film hace hincapié en subrayar la aventura magnífica de lo que significa estar en medio de un océano al margen de cualquier civilización y de lo que significó para los hombres de hace 1500 años realizar un viaje en balsa hacia lo desconocido, cuando aún no existían mapas prestablecidos, cuando el encuentro con las islas de la Polinesia no era más que una reducida posibilidad y cuando la navegación era un paso a lo inexplorado. La premisa principal aborda la temática de la superación de uno mismo, la lucha de Thor Heyerdahl - un magnífico Pål Sverre Hagen - por cumplir tus sueños y demostrar su teoría. Aunque le cueste la vida, aunque le haga separarse de su mujer y sus hijos, el vive para su sueño.

Es una de esas obras inspiradoras, creadas para que al terminarla, te inunden ganas de realizar todo lo que no has hecho en tu vida. Puede que luche por encontrar un nicho para un público correcto - intenta ser una aventura mágica con momentos de animales submarinos de forma preciosa para luego ver momentos bastante gore, con lo cual puede resultar infantil para adultos y para niños lenta y sangrienta - pero suple la carencia de tono con una buena dirección y sustancia, lo que hace que la próxima película de la dupla noruega, la quinta entrega de la saga Piratas del Caribe, sea un espectáculo digno de ver en el futuro.

Kon-Tiki es un film muy bien construído y relatado, las escenas en alta mar son magistrales, algunas hermosas y otras poéticas, algunas calmas y otras agresivas, entre el sinfín de odiseas que estas personas tuvieron en su viaje, algunos momentos de tensión muy bien manejados y sobre todo es un historia que trata de mostrar ésta travesía de la forma más realista posible.

 Calificación: B+

martes, 10 de diciembre de 2013

El Hobbit: La Desolación de Smaug (The Hobbit: The Desolation of Smaug)

Año: 2013
Género: Aventuras.
País: Estados Unidos - Nueva Zelanda.
Duración: 161 minutos.
Dirección:  Peter Jackson.
Intérpretes: Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Benedict Cumberbatch,Orlando Bloom, Evangeline Lilly, Luke Evans, Lee Pace, Stephen Fry, Aidan Turner, Cate Blanchett.


"La travesía de Bilbo Bolsón y los enanos por recuperar el Reino de Erebor de las fauces del dragón Smaúg continúa, mientras que en posesión del hobbit se encuentra un misterioso anillo mágico."


El espíritu de La Desolación de Smaug finalmente se siente mucho más cercano a la trilogía original, ya dejando de lado la aventura picaresca y subiéndole el calor poco a poco al caldo problemático en el que se ve envuelvo la cofradía de la Tierra Media. El territorio family friendly se va esfumando a medida que los ataques orcos y de otras naturalezas se van sucediendo, y lo que antes se podía sentir como una precuela parca cobra un sentido de urgencia y euforia que sorprende, sobre todo dado el amable nivel de entretenimiento que presentó la anterior. Esta segunda entrega cuenta con la ventaja de no necesitar presentar a los personajes, lo que le permite largarse directamente a una carrera desbocada en la cual el grupo de aventureros enfrentan un peligro tras otro, sin apaciguar el pulso narrativo durante las bien balanceadas dos horas y cuarenta minutos.

Aún sin verla con el detalle de los 48 FPS en todo su esplendor, la avasallante cantidad de efectos computarizados que colmaban el metraje de Un Viaje Inesperado se ven reducidos, o al menos pulidos, en la secuela. (Detalle: luego de revisitarla en el formato que el director eligió para la trilogía, debo decir que la imagen se ve alucinante, pero mi ojo nunca logró acostumbrarse a la nueva velocidad que le aporta este curioso sistema a la película)
 El nivel de detalle de Peter Jackson es para aplaudir, y la capacidad de poder sacarse de la galera una nueva película que le compita cabeza a cabeza en momentos épicos a su anterior viaje a la Tierra Media es indiscutible. Jackson hasta se permite un cameo en los primeros minutos - parpadeen y se lo pierden - e incursiona también en un par de planos experimentales dentro de la escena más grandiosa filmada para esta ocasión: el escape en barriles gigantes, lejos la parte que todos recordarán del film, momento que se ubica dentro de los mejores momentos de la saga al completo. Es hasta ahora que me sigue resonando en la cabeza esa batalla épica entre orcos, elfos y enanos en donde hasta la música instrumental se detiene - al mismo tiempo que la respiración del espectador - para dejar paso a la cantidad de imágenes asombrosas que se suceden en pantalla.

Fuera de la ecuación queda Gandalf, quien por arte del guión apenas aparece dentro del marco narrativo y le da la excusa para llenar la pantalla a la dupla de improbables héroes que son Martin Freeman y Richard Armitage, Martin aumentando las aristas personales de su Bilbo con la adquisición de su nuevo trofeo, y Armitage con la odisea de Thorin por recuperar su reinado de las garras del tirano dragón Smaug, una delicia técnica por donde se la vea, amén de la adusta y profunda voz que le otorga Benedict Cumberbatch - en serio, ¿alguna vez descansa este británico? Entre las novedades del elenco, se encuentra el regreso del talentoso arquero elfo Legolas en la piel del claramente avejentado Orlando Bloom, que no ha perdido ninguna de sus mañas a la hora de realizar todo tipo de tareas acrobáticas para el alucine de la platea, mientras que la incorporación de la elfa Tauriel de Evangeline Lilly - personaje inexistente en la prosa de Tolkien - le aporta al film un costado femenino aguerrido necesario para alivianar la carga de testosterona que abunda en la saga.

Mientras tanto, el rol del Rey elfo Thranduil se expande y le da la oportunidad a Lee Pace de sacarle jugo a un papel interesante, y el Kili de Aidan Turner destaca con un inesperado giro romántico en la trama que le aporta un gustito diferente a su historia, una variación que se deja ver.  No queda claro, sin embargo, el heroísmo del Bardo de Luke Evans, con claro porte masculino pero sin llenar los zapatos del otrora salvaje Aragorn. Su fuerza actoral no es lo suficiente como para generar un interés genuino en su historia, y quedará ver que puede ofrecer en la tercera y última parte de esta inesperada y extendida trilogía.

Lejos de acabarse en buena ley, el acto final que conlleva un épico tire y afloje verbal entre Smaug y Bilbo explota literalmente en pantalla para dar paso a un final que comparte con la reciente secuela de Los Juegos del Hambre el mismo sentimiento: el desasosiego infernal que supone esperar un año para ver que sucede a continuación. Mientras que la primera parte era mas familiar y tranquila, larga y pesada en partes, es inevitable incluso para los acérrimos a la obra de Tolkien ver que delante de ellos se encuentra una aventura que cobra la intensidad y el poder vistos en El Señor de los Anillos y combina las historias de una manera satisfactoria. Éste es el verdadero viaje inesperado.

 Calificación: A