jueves, 31 de enero de 2013

Django sin cadenas (Django Unchained)

Año: 2012.
Género: Aventuras/Drama/Western.
País: Estados Unidos.
Duración: 165 minutos.
Dirección: Quentin Tarantino.
Intérpretes: Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson.


"Con la ayuda de un cazador de recompensas alemán, un esclavo libre se embarca en un viaje para rescatar a su esposa del brutal dueño de una plantación en Mississippi."

Quentin Tarantino es un nene grande caprichoso y con cada película lo demuestra más y más. No es secreto alguno que el tío Quentin adora el spaghetti western, una de las grandes influencias en su filmografía, y con Django Unchained le da rienda suelta a sus fantasías del Oeste más salvajes en un film que rebosa hectolitros de sangre y carcajadas a partes iguales.

En el marco de la época pre Guerra Civil, y por durante dos horas y media que uno no quiere que termine más, Tarantino narra una historia de eslavitud, venganza y redención utilizando como faro guía al Django de un excelente Jamie Foxx, acompañado de su nuevo mejor amigo y compañero de batallas, el estrambótico y correcto Dr. King Schultz (un doblete magnánimo de parte de Christoph Waltz) Como no podía ser de otra manera, la brutalidad, marca constante en todos los trabajos del director, se hace presente de una manera cruenta y despiadada, tan sólo desenfocándose cuando el espectador ya ha sufrido demasiado y necesita un descanso.

Lo que no pasaba en anteriores aventuras del director es la condensación en una misma línea narrativa la comedia negra (negrísima, al gusto Quentin) y las escenas de suspenso rabiosas, de ésas que le ponen a uno los nudillos blancos de la tensión; por momentos estamos viendo escenas que lo hacen a uno arrancar a las carcajadas y por otros los ojos están fijos en la pantalla, atentos a cada movimiento y paso en falso de los protagonistas. Tenía mis reservas de si el elenco resultaba en ciertas partes desafortunado, pero Jamie Foxx tiene un viaje de emociones que para el final de la película lo dejan más que bien parado y con aires de ícono de culto en cualquier momento; quien quizás sale bien parado es Waltz repitiendo un papel peculiar y demasiado justo para él, provocando más de un déjá vu con su Hans Landa de Inglorious Basterds. Sorprende gratamente el ridículamente serio y lleno de aspavientos Monsieur Candie de un Leonardo Di Caprio, eclipsado solamente por el taimado sirviente Stephen de un agradablemente irreconocible Samuel L. Jackson a quien el papel le sienta de perlas. Los cameos y apariciones especiales se suceden en cada escena y cada tramo, y sin dudas la más genial y aplaudida será la participación del eterno Franco Nero, el Django original.

Como el elenco, todo en Django Unchained está orquestado hasta el más minimo detalle, cortesía de un director meticuloso que no le teme a los acercamientos raudos a la cara de los protagonistas, un detalle casi caricaturesco que le da un regusto diferente a todas sus películas; la banda de sonido es un apartado que nunca decepciona, y acá las melodías de Ennio Morricone se entremezclan con las nuevas creaciones de Rick RossJohn Legend para provocar una combinación armónica fastuosa y fabulosa. Mientras su anterior film puede haber resultado violento en los últimos tramos, con esta nueva historia Quentin se da el lujo de hacer saltar la sangre hasta el techo, y también de pasar a la historia con un clímax tan audaz y sangriento que la pelea de Uma Thurman en Kill Bill es cosa de críos.

Poco y nada se le puede criticar a Django Unchained, un brutal festín de sangre, violencia y risas como sólo Quentin Tarantino nos puede mimar, demostrando que, como los buenos vinos, mejora con cada año que pasa.


Calificación: A-

El lado luminoso de la vida (Silver Linings Playbook)

Conocida también como 'El lado bueno de las cosas'

Año: 2012
Género: Comedia dramática.
País: Estados Unidos.
Duración: 122 minutos.
Dirección: David O. Russell.
Intérpretes: Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Robert De Niro, Jacki Weaver, Chris Tucker.


"Después de una temporada en una institución mental, el ex profesor Pat Solitano se muda de nuevo con sus padres y trata de reconciliarse con su ex esposa. Las cosas se ponen más difíciles cuando Pat conoce a Tiffany, una extraña joven con sus propios problemas."

Cuando una observa las películas nominadas a los premios Oscars este año, no es difícil destacar del patrón que Silver Linings Playbook es lo que podría llamarse la comedia optimista por decantación que siempre tuiene su lugar en la terna; entrar a la sala a verla con este prospecto solo puede significar una impresión más que positiva, ya que la película rompe con varios esquemas en una historia que no escatima en toques de comedia ni en un drama sensible y realista, sin olvidar una de las relaciones románticas más entrañables de los últimos años.

La primera inmersión en el mundo narrativo de David O. Russell (me saltée The Fighter incluso tras su fragor en los Oscars) no puede ser más que agradable y estruja el corazón con las situaciones en las que se ven entrometidos sus personajes, basados en el libro homónimo de Matthew Quick. El eje fundacional de la película es la relación entre dos mercancías dañadas, tanto por el lado del profesor bipolar Pat Solitano que está a un paso de perder la mente definitivamente luego de ocho largos meses de reclusión como por el lado de Tiffany Maxwell, una joven viuda con más problemas mentales de los que ella está dispuesta a aceptar.

El camino de estas dos almas en pena se verán irreversiblemente cruzados para lograr una de las químicas más explosivas y creíbles vistas en pantalla recientemente; sin duda alguna, la elección de un Bradley Cooper lleno de potencial y explosivo en su caracterización como el atribulado Pat y la de Jennifer Lawrence como la carismática y cándida Tiffany funcionan como columna vertebral de esta comedia que cuando quiere se comedia tiene diálogos incisivos geniales, y cuando le toca el turno de generar empatía por las situaciones dramáticas, lo hace con un timing preciso y de relojería. Todos los personajes resultan interesantes, aunque la luz este enfocada en la pareja, quienes tienen los momentos más logrados y de peso en la trama.

Más allá de un manejo increíble de los diálogos, que realmente tienen profundidad y fuerza propias, la dirección de Russell genera una inestabilidad que refleja sin miramientos el estado mental de la pareja protagónica, pero que nunca marea ni confunde; su manera de encarar a un elenco que no tien desperdicio es sutil y logra sacarle el jugo al máximo, con un Robert De Niro que reluce como hace rato que no lo hace como el combativo padre de Pat, quien podría haber heredado a su hijo con ciertos toques de locura propia, además de una correcta Jacki Weaver que ameniza como la matriarca Solitano; por un lado festejo la nominación de De Niro y espero que gane, pero en esta oportunidad no le veo sustancia mayor a la nominación de Weaver, por ejemplo. Sí festejo el pequeño papel secundario de Chris Tucker, insufrible desde las Rush Hour pero que bajo una buena dirección se acerca al grado de comedia de lo que fue su papel más memorable, el Ruby Rhod de The Fifth Element.

Maniobrando entre el pesar y la positividad, entre la esperanza y la locura, entre el amor y el resentimiento, las emociones fluyen descontroladas; dirigida con proeza y tino por un director que sabe de relaciones humanas, y un elenco soberbio y bien sostenido, Silver Linings Playbook se va colando poco a poco en la mente y el corazón del espectador, hasta liberar su radiante luz desde dentro. Y no está nada mal sentirse realizado al salir de la sala.


Calificación: A-

La noche más oscura (Zero Dark Thirty)

Año: 2012
Género: Thriller.
País: Estados Unidos.
Duración: 157 minutos.
Dirección: Katrhyn Bigelow.
Intérpretes: Jessica Chastain, Jason Clarke, Joel Edgerton, Jennifer Ehle, Mark Strong, Kyle Chandler, Édgar Ramírez, Chris Pratt, James Gandolfini.

"Maya es una joven agente de la CIA, encomendada a la Embajada americana de Pakistán; allí pasará de ser una novata en el campo a dirigir ella sola una misión que durará diez años para encontrar a una de las amenazas terroristas más grandes de los últimos tiempos: Osama Bin Laden."

Katrhyn Bigelow obtuvo el reconocimiento que siempre se mereció con The Hurt Locker, y ahora que está totalmente enfrascada en la zona de guerra se despachó con un ingente thriller que tiene como epicentro a la polémica captura del terrorista Osama Bin Laden; Zero Dark Thirty entonces narra absorbente persecución durante diez años comandada por una audaz e implacable agente de la CIA que se atrevió a todo para conseguir el premio mayor.

Era más que obvio que una película que cuenta la visión americana de la búsqueda de Bin Laden iba a traer consigo un sinfín de pólemicas críticas de patriotismo americano y nacionalismo exacerbante, pero Bigelow está interesada totalmente en presentar a un personaje y girar alrededor del mismo todas las diferentes vicisitudes y giros de una caza que tuvo a dos presidentes al mando; como si se tratase de un episodio de lujo de la serie 24 o la reciente Homeland, Zero Dark Thirty se enfoca en todos los detalles técnicos y los recursos utilizados por la CIA para unir cabos y atrapar a la aguja en el pajar. Bigelow y su colaborador, el guionista Mark Boal no pierden tiempo en presentar su película mediante una tensa y dura escena de tortura, que termina resultando aleccionadora al mismo tiempo que marca el bautismo de fuego de Maya, la protagonista.

El desafío de Bigelow al retratar una obsesión personal como la de Maya y a la vez contar la caza y captura del terrorista mediante conexiones, persecuciones y recopilación de información denota una tarea hercúlea que la directora cumple con acierto al entregar como resultado final un film que resulta tenso pero a la vez no se puede dejar de ver. Mientras que no es una película de acción tradicional, Katrhyn crea un impresionante nivel de suspenso en el que por momentos uno sabe lo que sucederá a continuación, pero el ritmo aumenta y aumenta hacia su conclusión de una manera extraordinaria.

Aunque dos horas y media puedan resultar excesivas le bastan a la directora para presentar la historia y desarrollar la acción detectivesca del film, a la par de llevar a sus personajes hacia la tridimensionalidad, un detalle más que importante cuando el peso de la historia recae en ellos. Por eso es importante destacar la labor de Jessica Chastain, que cumple con creces un protagónico que demandó nervios de acero y mucha obstinación; sí, Chastain entrega una actuación memorable, pero no termina de cerrar, aunque tiene escenas memorables que justifican una nominación.

El resto del elenco a su alrededor reúne a un talento maduro y fresco que complementa la trama, como el reacio y cansado agente de Jason Clarke o la sencilla Jennifer Ehle, aunque hay nombres de peso que no están por más de dos minutos en pantalla pero su participación resulta clave para el desarrollo como Mark Strong, James Gandolfini, Kyle Chandler y la dupla de Joel Edgerton y Chris Pratt, los agente de campo que toman escena casi al final de la película y protagonizan los momentos más asfixiantes del film con el raid final a la fortaleza donde se esconde el terrorista. 

 No hay dudas de que Zero Dark Thirty puede ser vista como un panfleto político oportunista, pero si de algo no se puede dudar es del ojo y la mano de Kathryn Bigelow para gestar una película sólida y sorprendente, con un elenco de primer nivel y una historia polémica pero intensa.




Calificación: A-

miércoles, 16 de enero de 2013

Fuerza antigangster (Gangster Squad)

 Año: 2013.
 Género: Acción/Drama.

 País: Estados Unidos.
 Duración: 113 minutos.
 Dirección: Ruben Fleischer.
 Intérpretes: Josh Brolin, Ryan Gosling, Sean Penn, Emma Stone, Anthony Mackie, Giovanni Ribisi, Michael Peña, Robert Patrick, Mireille Enos, Nick Nolte.


"El despiadado Mickey Cohen, rey de la mafia nacido en Brooklyn, dirige el show en su barrio, obteniendo las ganancias ilegales de las drogas, las armas, las prostitutas y, si logra lo que quiere, cada apuesta que se lleve a cabo en el oeste de Chicago. Y lo hace todo con la protección no sólo de sus propios matones a sueldo, sino también de la policía y los políticos que están bajo su control.

Mickey puede intimidar a todos, excepto, quizás al grupo secreto de forasteros de la policía de Los Ángeles liderados por el sargento O´Mara y Wooters que se unen para derribar el mundo de Cohen."


 Gangster Squad es una cáscara brillante pero vacía. Llama la atención de inmediato por su interesante elenco y la meticulosa reproducción de una Los Ángeles de fines de los '40, pero detrás de su opulencia fílmica se encuentra una historia ensamblada que se nutre de varios éxitos de gángsters pasados, queriendo ser una reimaginación de dichas historias pero poco y nada tiene que aportar a dicha subtrama criminal exceptuando ser un producto de calidad y entretenimiento asegurado.

 En una cruenta y pasmosa escena inicial es que conocemos al villano de turno, el matón Mickey Cohen, un sujero con complejo de superioridad que aspira a comerse el mundo, y para eso empieza a tomar el control de una Los Ángeles corrupta y llena de vicios por doquier. En una ciudad en la que nada ni nadie está seguro, Choen se cree un dios, pero un astuto y obstinado agente de la Ley piensa lo contrario: el sargento O'Mara está cansado de que la ciudad que eligió para criar a su hijo sea un desperdicio y se dispone a limpiar la ciudad con sus propias manos.  Tendrá un incentivo, claro, cuando un superior le proponga armar un escuadrón para hacerle frente al matón jugando con la misma moneda; ¿el resultado? Casi dos horas de enfrentamientos a a quemarropa en el que ambas facciones luchan por el control.

 Antes que nada el aplauso se lo merece Ruben Fleisher por lograr que una de gangsters luzca impecable; el director tiene un pulso bastante peculiar para filmar que ya nos mostró en la brutal Zombieland y que vuelve acá más estilizado que nunca. Muchas tomas cobran vida propia y resultan inmersivas en la trama, aparte de que la recreación se antoja vistosa y asfixiante de color al mismo tiempo. Técnicamente, Gangster Squad se pasa, pero a la hora de vendernos una historia creíble y aceptable, el guión de Will Beall toca demasiados lugares comunes que uno no puede evitar darse cuenta de que le están vendiendo otra vez la misma historia. Un malo malísimo, un bueno que es un pan de Dios, pérdida de vidas inocentes, trampas, amoríos... Básicamente uno puede preveer cada paso y cada vuelta del guión, lo cual hace el paseo violento menos entretenido y disfrutable de lo que podría haberlo sido con una historia más pulida y no tan simplista.

 Afortunadamente, lo que podía ser un bodrio de película sale a flote con un elenco soberbio y sobrio en todos sus aspectos; por sobre todas las cosas, las idas y vueltas que tienen Josh Brolin y Sean Penn en el film son fantásticas: el uno que nació para ser un justiciero (y para brillar en Hollywood, sin dudas) y el otro que encontró que el traje de villano le sienta de perlas. La lista sigue y nos encontramos con Ryan Gosling y su seductor emperdenido Wooters (cuya aterciopelada voz resulta extrañamente atractiva), que le sigue rompiendo el corazón a una despampanante Emma Stone (recordemos la natural química de estos dos en Crazy, Stupid Love) y conforman uno de los dos polos de amor, el otro siendo el del personaje de Brolin y una convincente Mireille Enos, a la cual nos tendremos que ir acostumbrando en el medio porque viene pisando fuerte. El equipo se conforma con el comodín, Giovanni Ribisi, la resurrección de Robert Patrick y dos caras nuevas que se están colando poco a poco en la Meca: Anthony Mackie (cuya posición consolidada crece más y más) y Michael Peña, el as latino por excelencia en estos últimos años. Mención especial le vale a un Nick Nolte irreconocible.

  Hay tiros, lío, y cosha golda en Gangster Squad, lo suficiente para que el reloj se pase volando, pero la falta de interés suscitada luego del final es alarmante, y no creo que una película se jacte de eso. Se esperaba mucho más de la película pero no, no estamos frente a The Untouchables del siglo XXI, ni mucho menos.


 Calificación: B-