viernes, 30 de noviembre de 2012

Las ventajas de ser invisible (The Perks of Being a Wallflower)

Año: 2012.
Género: Drama.
País: Estados Unidos.
Duración: 102 minutos.
Dirección: Steven Chbosky.
Intérpretes: Logan Lerman, Emma Watson, Ezra Miller, Mae Whitman, Kate Walsh, Dylan McDermott, Nina Dobrev, Paul Rudd, Joan Cusack.


"Charlie es un tímido e impopular joven que escribe una serie de cartas a una persona anónima. En ellas, el muchacho aborda diversos temas relacionados con la adolescencia, la amistad, los conflictos familiares, las primeras citas, el sexo o las drogas."

La secundaria. Ese gran semillero de personalides y situaciones que nos marcan es el foco principal tanto del libro como de su adaptación cinematrográfica, ambos escritos de puño y letra por Steven Chbosky; con mucha autobiografía de por medio, Steven se lanza al ruedo cinéfilo de una manera brutal y avasalladora, al contar una historia conocida con muchos matices, personajes entrañables y una banda de sonido como pocas hacen que el viaje de Perks of Being a Wallflower sea único.

Perks entonces gira alrededor de Charlie, un adoelscente sumiso y callado que comienza la tan temida etapa escolar en la secundaria; a todas luces es un bicho raro, e sdiferente al resto, y su profesor de Literatura lo identifica enseguida. Cual imán, Charlie se ve atraído irreversiblemente a socializar con el chico más extraño de la secundaria, y es así como comienza una amistad con Patrick y su hermosa hermanastra Sam, una amistad que pasará mil y una situaciones, creciendo y aprendiendo los unos de los otros mientras viven un año que los marcará para siempre.

Hay que concederle que no es la trama más original del mundo, pero las problemáticas que explora Chbosky son cruentas y difíciles, pero excelentes: homosexualidad y homofobia, depresión, suicidio, abuso, el primer desamor,etc. Considerando el material a tratar, que se vuelve increíblemente oscuro meintras pasan los minutos, es para aplaudir que Chbosky se haya mantenido íntegro a su propio material literario y su visión creativa no se haya visto comprometida. Perks nunca deja de sorprender, y todas las vivencias y malfortunas de los personajes se ven a través de los ojos del trío protagónico, una elección magistral que demuestra el potencial que tienen estos jóvenes. Primero tenemos a Logan Lerman, el eterno cara bonita que sorprende con su madura interpretación del tímido Charlie, o también a la belleza Hepburniana de Emma Watson, que egresó de Hogwarts con el mayor mérito y demuestra que A) el corte estilo pixie le queda de maravillas y B) el pedigree actoral que tiene es insuperable. Sin embargo, la revelación es Ezra Miller, quien se roba todas y cada una de las escenas con su extravagante y extrovertido Patrick; un personaje muy conflictuado que no tiene un pelo en la lengua.

Si algo confirma Perks, es que se consolida como una digna sucesora de las películas del inmortal John Hughes; sabemos que la acción transcurre en lo que serían los '90, aunque la fecha nunca es esclarecida, dando a entender que la historia puede ocurrir en cualquier momento, en cualquier lugar: es una historia de crecimiento universal. Sumemosle además una banda de sonido para el infarto (suenan desde Bowie hasta The Smiths pasando por New Order y Sonic Youth) en lo que se conforma como un verdadero viaje noventoso. Fuerte tal cual es, Perks se guarda una sorpresa llegada al final, una bomba de relojería que estalla justo en el momento cúlmine y genera uno de los momentos más convomedores de la película.

Para cuando Heroes de David Bowie comienza a sonar, uno sabe que el viaje está terminando, pero el ambiente se siente raro. Seas grande y el bicho de la nostalgia te haya picado, o seas un adolescente viviendo todavía la secundaria, es imposible no sentirse identificado con alguna situación vivida por los personajes. Después de todo, ser adolescente marca.


Calificación: A-

jueves, 29 de noviembre de 2012

Curvas de la Vida (Trouble with the Curve)

Año: 2012.
Género: Drama.
País: Estados Unidos.
Duración: 111 minutos.
Dirección: Robert Lorenz.
Intérpretes: Clint Eastwood, Amy Adams, Justin Timberlake, John Goodman, Robert Patrick.

"Gus Lobel ha sido uno de los mejores cazatalentos del béisbol por décadas, pero a pesar de sus esfuerzos por ocultarlo, la edad empieza a notársele. Sin embargo, Gus se rehúsa a ser eliminado por lo que parecen ser sus entradas finales en su carrera. Parece que él no tiene opción. La oficina directiva de los Bravos de Atlanta empieza a cuestionar su juicio, especialmente sobre el más grande fenómeno de bateo en el país. La única persona que puede ayudarle es a quien no le diría, su hija Mickey , quien es socia de una poderosa firma de abogados cuyo empuje y ambición la han puesto en carrera rápida para hacerse socia principal. 

Mickey nunca tuvo una relación estrecha con su padre, quien no estaba preparado para ser padre soltero luego de la muerte de su padre. Incluso ahora, en los pocos momentos que comparten, se distrae fácilmente, por lo que Mickey asume que es su gran amor: el béisbol. Sabiendo que es un error y pese a las objeciones de Gus, Mickey lo acompaña en su último viaje como cazatalentos, arriesgando su propia carrera para salvar la de él. Obligados a pasar tiempo juntos por primera vez en años, hace que cada uno descubra cosas, revelando grandes verdades sobre su pasado y presente que podrían cambiar su perspectiva a futuro."

Trouble with the Curve representa la primera vez en diecinueve años que Clint Eastwood actúa en una película que no está bajo su total dirección; aunque la produce a través de su productora Malpaso, Eastwood actúa bajo la dirección de uno de sus protegidos, Robert Lorenz, quien ha sido su asistente y productor durante años y acá se lanza a las tareas directoriales entregando un film de corte más ligero y sentimental que no es usual en las películas de esta leyenda de Hollywood.

Transcurriendo plenamente en el ámbito americanodel baseball pero en una base más cotidiana que la hipertécnica de Moneyball, Trouble with the Curve nos cuenta la historia de Gus Lobel, eterno cascarrabias al que finalmente la edad lo está alcanzando. En la escena inicial (tras el extraño galope de un caballo negro en la oscuridad que tiene su significado eventualmente) vemos como Gus lucha por orinar en un momento melodramático que marcará el tono de esta propuesta. Ese no será su único problema, ya que su inigualable visión de águila para encontrar jóvenes promesas del deporte ya no es lo que era, y su decisión es crucial para contratar a los nuevos talentos de la temporada. El contraste entre el gruñon y orgulloso Gus se encuentra en su hija Mickey, una no tan cándida abogada que está a pasos de llegar a su sueño y elige no obstante ayudar a su padre y reconstruir la turbulenta situación que los une. De yapa, tenemos a Justin Timberlake componiendo una trifecta actoral que se las trae.

Y aquí viene el principal problema con la curva (ejem) de la película: no hay sorpresa alguna de como terminará la película, ni siquiera un giro a mitad de camino que haga reconsiderar al espectador cierto aspecto de tal o cual personaje. Para aquel espectador avezado que sepa identificar las enormes pistas que deja el guión de otro novato, Randy Brown, se sabrá entonces que durante el primer cuarto de hora las fichas están preparadas para ese final que todos esperamos. Sabemos que Eastwood está imponente y, como los buenos vinos, añeja soberbiamente con los años, y la química que comparte con la hermosa y talentosa Amy Adams es para los libros, pero dichos puntos fuertes son los que salvan a la película de caer en el olvido absboluto con sus tantos clichés de relación conflictiva padre-hija, la familia versus el trabajo, lo viejo versus lo nuevo, y ls lista sigue.

Al final, Trouble with the Curve es bastante predecible, y difícilmente el tipo de película que te crea una revelación en la sala del cine, pero su manera de entretener - en una manera agradable y humilde - es ciertamente de buen ver, incluso para los fanáticos de Clint.

Calificación: B

jueves, 22 de noviembre de 2012

Frankenweenie

Año: 2012.
Género: Animación.
País: Estados Unidos.
Duración: 87 minutos.
Dirección: Tim Burton.
Intérpretes: Catherine O'Hara, Martin Short, Martin Landau, Winona Ryder, Charlie Tahan, Atticus Shaffer.

"Tras la inesperada muerte de su perro Sparky, Victor se vale del poder de la ciencia para traer a su mejor amigo de regreso a la vida… con unos pocos ajustes menores. Él intenta ocultar su creación, pero cuando Sparky logra salir, el pueblo entero aprenderá que crear una nueva vida puede tornarse en algo monstruoso."

Burton nunca nos abandona.

Puede amagar, con el tonto intento de seguir justificando a Johnny Depp en todas y cada una de sus películas como sucedió este mismo año en la torpe Dark Shadows, pero nunca cesa en su empeño de seguir entregando historias con su sello personal. En esta ocasión, regresa en el tiempo y convierte a su adorado corto Frankenweenie en una verdadera aventura en stop-motion que se debía a sí mismo y a los espectadores, ansiosos por ver en pantalla grande esa chispa burtoniana que tanto cautiva.

Mientas que Frankeenweenie es un poco más convencional -menos extraña, digamos- que dos de sus obras más elogiadas (A Nightmare Before Christmas y Corpse Bride), el alma que destila tiene mucho más carisma y gracia que sus últimas incursiones en el live-action, como ser la ya mencionada Sombras Tenebrosas o la decepcionante Alice in Wonderland. Fijado a los parámetros que se vino imponiendo durante toda su carrera, Burton vuelve a los suburbios, a los vecinos extravagantes, a los personajes que son tildados de raros en la vida corriente pero que en la filmografía del director tienen un lugar especial en su corazón. A fin de cuentas, Frankenweenie bien podría ser una autobiografía, un poco esquizofrénica, de la entonces corta vida del autor.

Tildado como un chico raro y solitario por sus pares -lo cual es irónico, ya que la mayoría de los compañeros de clase del muchacho adolecen de varios caramelos menos en el tarro-, Victor se la pasa construyendo sets de filmación en su ático con la inseparable compañía de su perro Sparky. En lo que es una ligera y conmovedora alegoría al primer contacto con la muerte cuando somos chicos, Sparky sufre un accidente y muere, lo que provoca que Victor busque resucitarlo con un empujón de su extraño nuevo profesor de ciencias. Lo que sigue a continuación es una de las historias más amables y queribles que se han visto en el cine de animación en los últimos años. No es que sea una revolución, claro que no, pero la sencillez del guión de John August (colaborador incansable de Burton) y la cantidad de referencias al cine de monstruos de todos los tiempos hace que Frankenweenie termine siendo una interesante película para chicos pero que los más grandes disfrutarán más, al adivinar todos y cada uno de los guiños cinéfilos desperdigados por toda la historia.

Más allá de la calidad insuperable y la belleza del blanco y negro de la película -por que no todo tiene que tener colores rutilantes en pantalla-, se trata de un festival nostálgico para todo aquel seguidor de Burton que se precie de serlo: las voces incluyen nombres como el de la talentosa Catherine O'Hara o la chica rara por excelencia, Winona Ryder, o incluso la voz del brutal Martin Landau como el hilarante Sr. Rzykruski. No puede faltar el eterno guiño a Christopher Lee, del cual pensé que iba a tener un rol más activo en esta propuesta.
Frankenweenie entonces marca un esperado regreso en forma a la vasta y prolífica filmografía de un genio cono Burton, que se debía hace rato un homenaje propio volviendo a sus raíces y poniéndole todo el empeño a un proyecto soñado hace muchos años atrás. Quizás sea un tanto seguro en comparación con otros films del director, pero es justo lo que necesitaban, tanto el director como sus seguidores.


Calificación: B+

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Sinister

Año: 2012.
Género: Horror.
País: Estados Unidos.
Duración: 110 minutos.
Dirección: Scott Derrickson.
Intérpretes: Ethan Hawke, Juliet Rylance, Fred Dalton Thompson, James Ransone, Michael Hall D'Addario, Clare Foley, Vincent D'Onofrio.

"Material de filmación encontrado ayuda a un novelista que se basa en hechos reales a descubrir cómo y por qué una familia fue asesinada en su nuevo hogar, a pesar de que sus descubrimientos ponen a toda su familia en el camino de una entidad sobrenatural."

Parece que el 2012 no se rinde y se guarda las últimas cartas de terror para el final. Luego de un año magro -por ser benévolo-, el género da un interesante manotazo de ahogado con Sinister, una más del montón en la que una pesada e inquietante atmósfera sobrelleva una historia francamente agotada pero que se rehúsa a desaparecer.

El director Scott Derrickson encausa su carrera que comenzó promisoria con la escalofriantemente realista The Exorcism of Emily Rose y sucumbió bajo el peso de la aburrida remake The Day the Earth Stood Still con un film co-escrito con el novato C. Robert Cargill que en papel debería haberse visto terriblemente efectivo pero que en su traslado a la pantalla grande genera una gran desconfianza para con la trama.

 Y es que la historia de un escritor en franca decadencia esperando un regreso a sus quince minutos de fama se ha visto varias veces, y también todos los elementos secundarios que rodean a dicho argumento: una mujer que lo apoya casi ciegamente, hijos disconformes, oficiales de policía que desconfían de su criterio y demás. Una vez que este escritor comience a investigar más sobre los antiguos habitantes de la casa a la que acaban de mudarse -cuya muerte se puede apreciar en la angustiante escena inicial-, más detalles escabrosos saldrán a la luz y un espectro del pasado se hará presente en la peor de las maneras.

Lo que nos lleva al quid de la cuestión: ¿Es realmente Sinister una joya del horror perdida entre tanto estreno inútil? No, no lo es, pero se lleva un premio al esfuerzo por intentarlo. Tras su ridícula historia llena de boquetes -¿por qué los personajes no salen corriendo sin cerrar las puertas en el minuto que cosas extrañas comienzan a pasar? ¿Tanto le importa a Ellison un nuevo hit, más que el bienestar de su familia?-, Derrickson se las ingenia para crear escenas que serán difíciles de sacar del imaginario colectivo por un largo rato. Para todos aquellos que la pasaron mal con ciertos pasajes de Paranormal Activity y los recordaron a la hora de ir a dormir, con Sinister y sus oscuros videos caseros estilo Super 8 les provocarán una serie de pesadillas espantosas. A las claras son el aspecto más destacado de la película, y su aire a hecho en casa, sumado a una banda de sonido desconcertante, serán el vivo recuerdo de los espectadores. Esta sensación de malestar va en incremento cuando aparece en pantalla el ser sobrenatural, el Bughuul, quien poco a poco va cobrando mayor presencia en la vida del protagonista y presagia lo peor para todos.

Para ser una película que costó alrededor de $3 millones, esta luce muy pero muy bien: sus ambientes modestos son aprovechados con tacto por el director para crear un elemento realista, por más que la historia diste bastante de serlo. Tal credibilidad se sostiene convincentemente de la mano de Ethan Hawke, un actor que uno no pensaría que estuviese ligado al horror, pero que es un detalle que suma y mucho con una actuación interesante y honesta, más en los momentos duros de la película, cuando poco a poco la verdad se va haciendo evidente.

Sinister dejará sentimientos encontrados: engaña con su interesante dirección, con su elenco, con su aire a siniestro y ese malestar generado que todos quieren sentir cuando ven una película de horror, pero su trama produce mucha desconfianza cuando sus agujeros comienzan a hacerse notar, y eso le resta. Aún así, es una de las mejores opciones de terror en el año y esta experiencia debe vivirse en una sala de cine, en medio de la oscuridad.


Calificación: B

martes, 20 de noviembre de 2012

Argo

Año: 2012.
Género: Thriller.
País: Estados Unidos.
Duración: 120 minutos.
Dirección: Ben Affleck.
Intérpretes: Ben Affleck, Bryan Cranston, Alan Arkin, John Goodman, Victor Garber, Tate Donovan, Clea DuVall, Scoot McNairy, Rory Cochrane, Christopher Denham, Kerry Bishé, Kyle Chandler, Chris Messina.

"Argo documenta la operación encubierta de vida o muerte para rescatar a seis estadounidenses, cuyo detrás de cámaras reveló la realidad de la crisis de toma de rehenes en Irán, lo cual fue desconocido por el público durante décadas. El 4 de noviembre de 1979, al momento en que la revolución iraní alcanza su punto límite, militantes invaden la embajada de los Estados Unidos en Tehrán tomando a 52 estadounidenses de rehenes. Pero, en medio del caos, seis estadounidenses logran escaparse y se refugian en la casa de un embajador canadiense. Concientes de que era cuestión de tiempo para que los descubrieran y probablemente los mataran, a un especialista en exfiltración de la CIA, llamado Tony Mendez, se le ocurre un arriesgado plan para sacarlos a salvo del país. Un plan tan increíble que solo podría resultar en las películas."

La idea de que un técnico de la CIA se haga pasar por un productor de Hollywood para rescatar -o al menos intentarlo- a seis diplomáticos americanos en fuga durante la crisis de rehenes en Irán en 1979 suena demasiado ridícula como para ser verdad, pero realmente sucedió. En ese año, Tony Mendez se infiltró en territorio iraní y se lanzó hacia lo imposible. Quizás sea una historia muy descabellada para Hollywood, pero últimamente el medio ama las historias de este tipo, y por eso Argo es una de las películas más apasionantes del año en lo que puede considerar un drama puro y duro.

 En la secuencia inicial, que sirve perfectamente para establecer el tono siniestro y verídico de la propuesta, presenciamos el hostil y dramático asalto a la embajada americana en Teherán en una detallada recreación del terrorífico evento que tuvo en vilo a todo el mundo mientras 52 americanos eran retenidos en apoyo a la revolución en plena gestación. Durante dicho revuelo -en el cual las apabullantes imágenes muestran ambos lados del oscuro hecho- un puñado de oficinistas escapa para evadir la captura y lo que supondría una inminente muerte.

Uno de los factores claves de que Argo funcione como una máquina bien aceitada es por como sus ingredientes encajan todos progresivamente en la trama. Funciona porque lo intrínsecamente desquiciado de la solución para rescatar a los americanos trae aparejado un humor muy bien posicionado sin crear bromas inapropiadas ni irrespetuosas, ya que sus personajes no son meros alivios cómicos -escenas en donde destacan con brillo propio la pareja de Alan Arkin y John Goodman, ambos en su salsa-. El guión del ingresante Chris Rossio puede mezclar con pericia esas transiciones entre el desparpajo de crear una película falsa en la Meca del Cine y por el otro, crear un profundo drama con la crisis en el Oriente y los refugiados americanos.

 Si alguien hace diez años me hubiese dicho que Ben Affleck se convertiría en un director justamente oscarizado, me hubiese reído en la cara de aquella persona. Hoy, a cinco años de su debut como realizador, cada película lanzada ha generado más repercusión que la anterior. Lejos han quedado esos días de paupérrimos films con su protagónico que estelarizaban las marquesinas, y uno llega a descubrir lo exponencialmente buen director que es, polarizando sus regulares actuaciones. Acá tiene un papel muy frontal, pero muy bien cuidado y apoyado en varios actores de renombre que sacan a relucir todo su arsenal anímico. Quizás ciertos puntos de la historia no cierren apropiadamente con la trama (¿cuanta relevancia tiene que el papel de Affleck sea un padre casi ausente?) pero la mano de Ben como director y su visión es innegable a la hora de los momentos finales, una escena simplemente tensa y desgarradora que lo tiene a uno en agonía y puede considerarse como una de las mejores escenas que se han visto en cines este año.

No importa si uno no sabe nada de esta historia de antemano, Argo te lleva en un viaje educativo de principio a fin, y ya uno sepa o no el desenlace de esta historia, Affleck posee las herramientas suficientes como para dudar hasta el último instante sobre si todo este plan rimbombante tendrá éxito o no. La tensión acumulada durante todo el film tiene la capacidad de envolverlo a uno, y ayuda bastante el hecho de una recreación detallada hasta el más mínimo detalle que ayuda a verse inmerso en la época de los hechos, desde un arruinado cartel de Hollywood hasta las noticias de la revolución, el diseño de vestuario, los peinados, todo está muy bien cuidado y sigue sumando puntos a una ya brutal historia.


Desde la brillante escena al comienzo hasta los últimos cuadros, Affleck y compañía ofrecen una inteligente y escalofriantemente real historia de heroísmo, donde estos son personas inesperadas y comunes, con fallas pero también con talentos ocultos, y por ello cargan un dejo muy potente en sus conflictos: los hace humanos, y relacionables a cada espectador por igual. Gracias a una de las voces más cautivadoras del cine en estos momentos, Argo es la perfecta combinación entre narrativa, inteligencia y suspenso.


Calificación: A

lunes, 19 de noviembre de 2012

Dredd 3D

Año: 2012.
Género: Acción.
País: Estados Unidos - Reino Unido - India.
Duración: 95 minutos.
Dirección: Pete Travis.
Intérpretes: Karl Urban, Olivia Thirlby, Lena Headey

"En un futuro cercano, Estados Unidos se ha convertido en un páramo asolado por la radiación con una única y gran megalópolis que se extiene a lo largo de su costa este: Mega City One. Esta inmensa y violenta urbe cuenta con una población de más de 800 millones de personas, cada uno de los cuales es un infractor en potencia. Los únicos que intentan imponer orden en semejante caos urbano son los Jueces, a la vez agentes de la ley, jueces, jurados y verdugos. Y la perfecta personificación de estos jueces es Dredd, una leyenda viva de justicia blindada dedicado por entero a hacer cumplir la Ley.
 
En una misión aparentemente rutinaria junto a Cassandra Anderson, una juez novata dotada de grandes habilidades psíquicas, se disponen a investigar un homicidio en un peligroso megarascacielos de la ciudad, un suburbio vertical de 200 pisos de altura controlado por el clan de la despiadada Ma-Ma, al frente de una banda que trafica Slo-Mo, una droga que altera la realidad.  Pero al intentar arrestar a uno de los principales secuaces de Ma-Ma, ella ordena que su clan de zaza a los jueces. Atrapados en un brutal e implacable lucha por la supervivencia, Dredd y Cassandra se verán obligados a impartir una justicia extrema."

Brutal. Agresiva. Sucia. Sangrienta. Todo calificativo obsceno le encaja perfectamente a Dredd, la nueva re-imaginación del popular cómic inglés que nada le tiene que reprochar a la burda e inservible versión del '95 protagonizada por Sylvester Stallone. En este caso, el talento británico del director Pete Travis y el excelente guionista Alex Garland se combinan para generar una película corta en imaginación pero fuerte en impacto visual, que hará las delicias de todos aquellos que busquen una opción bien radical de acción en las salas.
¿Futuro apocalíptico? Presente. ¿Ciudadanos descontrolados? Presente. ¿Drogas de diseño? Presente. ¿Autoridades extremas? Presente. Si bien la trama de Dredd no deslumbra por su originalidad ni por su inteligencia, constituye un buen ejemplo de que, cuando las piezas se ordenan para ofrecer un festín de acción y sangre lineal y bien conducido, no hacen falta más elementos de los que ya uno se sabe de antemano. El férreo e inflexible juez Dredd es encomendado a solucionar un triple homicidio en uno de los edificios-ciudades más hostiles de la zona y debe llevar a su cargo a la novata jueza Cassandra Anderson para una prueba en vivo y en directo. Claro, lo que parece una rutina más en esta castigada ciudad se convertirá en el eje principal de la película, con ambos escalando hasta lo alto del rascacielos Peach Trees para acabar con la sádica Ma-Ma, la dueña del cartel de droga más prolífico de Mega City One.

Como si de un videojuego se tratase, el dúo de la Ley deberá llegar hasta la cima, pasando por encima de todos los secuaces enviados a llevar sus cabezas en una bandeja hasta su jefa. Varias secuencias de acción se suceden, en las que la intensidad nunca frena y presentan una violencia inusitada e inesperada también. Dredd no perdona a nadie y la platea sabrá apreciar ese toque de negra ironía que el personaje presenta.
 El guión de Garland es conciso y se desliza suavemente a la acción, y la dirección de Travis está cargada de adrenalina y se deja ver muy bien -nunca las secuencias a cámara lenta estuvieron más que justificadas que en esta película-, pero el imán es sin duda alguna la interpretación de Karl Urban en el papel del incorruptible Dredd. El personaje nunca se saca el casco en toda la película, pero a Urban le basta con gesticular con la boca y jugar con una voz á lá Clint Eastwood para transmitir toda la potencia que este se merece. Olivia Thirlby se nota muy a gusto como la aguerrida y a la vez vulnerable novata Anderson, quien ayuda en más de una situación con sus extraordinarios poderes psíquicos. También no hay que dejar de lado a Lena Headey, cada vez más en confianza con papeles villanescos, y en esta oportunidad le toca darle vida a la despiadada prostituta Ma-Ma, una mujer de armas tomar (¡y qué armas!)

Algo que muchas re-imaginaciones tienen es el hecho de querer crear una mitología expansiva del personaje principal en cuestión; en Dredd eso no sucede, sino que es simplemente un día en la vida del Juez más rudo de la ciudad y nada más. Quizás más adelante se pueda continuar eso, pero como una historia repleta de humor negro y sadismo violento ya sirve para dejar satisfecha a una platea que, cual circo romano, festejará cada chorro de sangre salpicado y cada bala disparada viajando a través de la carne, músculos y masa cerebral. El 3D aumenta mucho la sensación de profundidad y de encierro a la vez, además de extender soberbiamente los efectos de la hermosa pero letal droga Slo-Mo.

Dredd es lisa y llanamente un espectáculo visual y presenta una de las películas de acción más violentas del año. Es entrar a la sala, apagar el cerebro y disfrutar de la balacera (en diferentes calibres y tamaños) que presenta el agente de la Ley más justiciero de los últimos años. Un placer sangriento por donde se lo vea.


Calificación: A-

domingo, 18 de noviembre de 2012

Amanecer: Parte II (The Twilight Saga: Breaking Dawn - Part II)

Año: 2012.
Género: Drama Romántico.
País: Estados Unidos.
Duración: 115 minutos.
Dirección: Bill Condon.
Intérpretes: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner, Kellan Lutz, Nikki Reed, Peter Facinelli, Elizabeth Reaser, Jackson Rathbone, Ashley Greene, Billy Burke, Michael Sheen,Dakota Fanning, Lee Pace, Mackenzie Foy.


"Bella ha dado a luz a su hija Renesmee, y ha concluido su transformación en vampira. Ahora deberá aprender sobre su nueva naturaleza, ¿tendrá algún poder como el resto de los vampiros? ¿Siendo una neófita podrá controlar su sed de sangre ante su propia hija medio-humana? Los acontecimientos se precipitan y un grave peligro se cierne sobre la familia Cullen al completo cuando la existencia de una niña vampira llegue a oídos de los Vulturi. Existe una ley para los vampiros que prohibe a todos los clanes convertir a niños, ya que éstos son difíciles de controlar y han generado auténticas masacres a lo largo de la historia poniendo en peligro a su vez la secreta existencia de los chupa sangre."

Luego de cuatro películas de fluctuante calidad, una de las sagas adolescentes más populares de los últimos años llega a su fin, y en Breaking Dawn: Part II la historia de Bella y Edward ofrece una conclusión vergonzante y carente de afecto, tan fría como los propios vampiros de la saga.

Cada minuto de las agonizantes dos horas que dura la película se encargan de dinamitar todo lo logrado por los anteriores directores con mayor o menor pericia. Este desenlace carece de enfoque y casi todos los puntos negativos son imposibles de soslayar. Siendo la entrega con mayor presupuesto de todas, es la que peor luce técnicamente, no hablemos ya de vampiros brillantes u hombres lobo de cartón, sino de la cantidad apabullante de malos efectos especiales que se suceden, los más concentrados en la progenie de la parejita del momento, un horror insubsanable que se ve y se siente atroz. Realmente en el único punto que podría marcar una diferencia considerable, hicieron agua brutalmente.

Ya lejos quedaron las épocas en las que se discutían las habilidades de interpretación de Kristen Stewart, Robert Pattinson y Taylor Lautner: todos son paupérrimos y juegan una carrera a ver quién dice más parlamentos de la manera más vacua y gélida. No hay calidez en sus papeles y todo lo que sale de sus bocas suena superficial e irrelevante. Del resto, no hablemos, o mejor si: grandes talentos como Dakota Fanning y Michael Sheen están absolutamente desperdiciados, siendo ella la gran perdedora con una sola línea en todo el film, y él empujado a una especie de Sombrerero Loco pálido.

Entré a la sala esperando un final predecible, almibarado y cliché. Durante más de hora y media de metraje, mis expectativas iban en línea con ese final que tenía en mente, pero por alguna de esas casualidades de la vida la guionista Melissa Rosemberg y el director por segunda vez en la saga Bill Condon intentaron innovar y mejorar el aburrido y nada explosivo final del libro con una escena totalmente inventada. En cierto momento creí que lo lograrían, realmente tuve genuina emoción al pensar que, después de todo, se habían superado y alcanzado lo que nunca supuse que lograrían. Incluso la palabra redención se me pasó por la mente. Cinco minutos después un baldazo de agua fría fue lo que sentí. El insulto final, la última carcajada al espectador que pensaba que la saga podría despedirse de la mejor manera posible, teniendo en cuenta el viaje.

Amanecer: Parte II va a reventar taquillas y las seguidoras morirán de emoción con la última aventura de sus personajes favoritos, pero más allá del fanatismo exacerbado, no hay ningún atisbo de esperanza que redima a la saga. Ninguno. Twilight ha muerto, para siempre. Dios existe, tal parece.


Calificación: D+