viernes, 24 de febrero de 2012

El juego de la fortuna (Moneyball)

 Conocida también como 'Rompiendo las reglas'

Año: 2011
Género: Drama.
País: Estados Unidos
Duración: 133 minutos.
Dirección: Bennett Miller.
Intérpretes: Brad Pitt, Jonah Hill, Phillip Seymour Hoffman, Robin Wright, Chris Pratt.

"Billy Beane, el director general de los Oakland A’s y el encargado de armar al equipo, tiene una revelación: todo el conocimiento general del béisbol está mal. Obligado a reinventar su equipo con un presupuesto limitado, Beane tendrá que ser más astuto que los clubes más adinerados. 
 Estos equipos de atletas únicos con el graduado de la Ivy League, Peter Brand en una extraña sociedad, reclutan jugadores baratos que los cazatalentos llaman defectuosos, pero todos ellos tienen la habilidad de permanecer en la base, hacer corridas y ganar partidos. Es más que béisbol, es una revolución – una que reta las tradiciones de la vieja escuela y pone a Beane en la mira de quienes aseguran que él está arrancando el corazón y el alma de este deporte."

  Aquellos que me conocen lo saben, pero lo repito para los que no tienen idea: detesto el fútbol, el basquet, todo aquel deporte en el que se forme equipo; quizás hay algunos que rescate como el voley o en susodicho baseball, pero nunca me van a ver mirando un partido, me aburren demasiado. Por extensión, creo que las películas de deportes son aún más aburridas y no les veo ningún valor de divertimento. Moneyball es la excepción a la regla: finalmente una historia deportiva logra captar mi atención completa, y supongo que es debido a que dos grandes guionistas se han puesto manos a la obra para engendrar esta historia basada en hechos reales.

 A la hora de acercarme a Moneyball, tuve en cuenta que lo primero que me saltaba a la vista, además del protagónico de Brad Pitt, era el guionado compartido por dos bestias del medio: el primero es Steve Zaillian, quien escribió grandes películas como su galardonado guión de La Lista de Schindler, Misión Imposible, Hannibal, Pandillas de Nueva York, Gángster Americano y mi última y gran favorita, La chica del dragón tatuado, y el segundo es Aaron sorkin, otro gran maestre que tiene entre sus títulos los recientes Charlie Wilson's War y ganó un Oscar por Red Social. ya con haber visto los últimos trabajos de estos dos señores podemos imaginar por donde viene la línea del libreto: una historia sencilla, entendible para aquellos (como yo) que no sabemos un moco de pavo de béisbol, con varios personajes y diálogos que en vez de ser parlamentados tal parece que son disparados desde la boca del elenco. Y ése creo que es uno de los puntos claves para disfrutar la película, y motivo más rotundo por el que esta película está nominada al Oscar: su guión, una excelente mezcla de historia y diálogos que arman el film y del cual no podía esperarse menos de las dos mentes conjuntas de estos grandes.

 Ahora, abordando la historia propiamente dicha, la racha de mala suerte de los Oakland A's y su posterior alza suenan un poco recurrentes con el Síndrome Cenicienta del que siempre pecan este tipo de propuestas, aunque es para aplaudir el tratamiento que el director Bennett Miller (Capote, con Seymour Hoffman en el protagónico que le valió su Oscar) para que este desarrollo no se note tan brusco ni se limite a dar típicos bandazos al punto sensible del espectador, como sí lo han hecho, cof, cof, otras producciones con las que comparte nominaciones al hombrecito dorado; la historia que narra Moneyball es sincera, y por sobre todo, racional, ya que el despunte del equipo se basa en cálculos y técnicas y más cálculos, además de una pizca de pasión: nadie les regala nada ni nadie recorre metas imposibles ni nada le cae al grupo de suerte. Todo está detrás de una (o dos) mente(s) pensante(s) que supieron cómo acomodar las fichas en el tablero para generar el mejor desempeño, incluso cuando nadie creyó en la mencionada técnica.

 Al frente del equipo está Billy Beane, el mánager alguna vez gran promesa del deporte que interpreta Brad Pitt; hace rato que Mr. Pitt dejó de ser más que una cara bonita en el cine, y en este caso demuestra un personaje maduro y sensible, aunque lo esconda bajo una capa de dureza que sólo se quiebra casi llegando al final. Podrá ser una escena emocional y todo, me compró, pero ese detalle, tan fuerte como lo es, no justifica su presencia en la terna a Mejor Actor; es más, si hablamos de personajes pétreos, mejos hubiera sido nominar a Ryan Gosling por su excelente Drive. Mismo caso con Jonah Hill: por fin se despegó de gran parte de su nerdo infinito, le quedan restos, pero no entiendo su postulación a Mejor Actor de Reparto cuando, y sin volverme repetitivo, Albert Brooks en Drive hizo un secundario más que aplastante. Cosas que no entiendo, y eso que no desmerezco en absoluto su fantástico trabajo en la película, sólo que es muy bueno y no excelente; si rescato a Phillip Seymour Hoffman, otro hombre orquesta en Hollywood: acá hace de entrenador obstinado y con sólo un par de palabras y un par de gestos te hizo una conversación. Alucinante.

 Hilando más y más fino, creo que Moneyball me abrió los ojos con respecto a cómo se maneja un club por dentro, con todos esos pases repentinos y con tan sólo 15 segundos de charla, y así de sencillo un club sella el destino de los jugadores; imagino que todos los clubes se deben manejar igual, y realmente hay que tener lo que se necesita para ser mánager y tratar de levantar a un equipo que está en las últimas y los brontosaurios del club no apuestan por innovar y arriesgarse. Ésa es la clave y la moraleja que presenta la película: el que no arriesga no gana, incluso si te llevás el desagrado de más de una persona.
 Aplaudo también las partituras de Mychael Danna, tan simples pero tan llenas de emoción que iluminan o ponen sombras a cada escena. Ciertos momentos me llegaron muy certeramente; un guiño a los Oscars no hubiese estado nada mal...

 Moneyball me sorprendió más por su condición humana y social que por el estigma que le tengo a las películas de deportes; quedó demostrado que con una historia interesante y un guión fresco y cautivador, se puede, como lo hicieron los Oakland A's.


 Calificación: B+

martes, 21 de febrero de 2012

Hugo

  También conocida como 'La Invención de Hugo Cabret'

Año: 2011.
Género: Aventuras.
País: Estados Unidos.
Duración: 126 minutos.
Dirección: Martin Scorsese.
Intérpretes: Asa Butterfield, Chloe Moretz, Ben Kinglsey, Sacha Baron Cohen, Helen McCrory, Christopher Lee, Jude Law, Emily Mortimer, Frances de la Tour, Richard Griffiths,
Ray Winstone.

"Hugo es un huérfano viviendo entre las paredes de una estación de trenes en los años 30 en París, arreglando relojes y otros artefactos, arte que aprendió de su padre y su tío. La única cosa que le queda que lo conecta con su padres es un autómata, un robot que no funciona, ya que la última pieza es una llave en forma de corazón que parece no encontrar. En su camino por encontrar la pieza restante conoce a un viejo cascarrarias que trabaja en la estación y a su joven ahijada, una chica en busca de aventuras. Pronto, Hugo descubrirá que ellos tienen una sorprendente conexión con su padre y el autómata, y mientras descubre dicha conexión, el viejo comienza a recordar su pasado y la significancia del mismo para con el mundo del cine."

 Alejándose claramente de sus fuentes habituales para creas historias oscuras y humanas, Martin Scorsese
eligió esta vez basarse en la novela de Brian Selznick La Invención de Hugo Cabret; no podía entender porqué había armado tanto revuelo el film, ya que durante su primer tramo es una exelsa aventura, técnicamente hablando, pero una aventura básica al fin y al cabo; y es cuando comienza el segundo tramo que la trama se agudiza y termina culminando en un inesperado y sentido homenaje a los comienzos de esa maravilla que llamamos Cine.

 Tenía todas mis dudas con respecto a Hugo: primero terminó siendo un fracaso taquillero, y después le cayeron once nominaciones a los Oscars. Había algo que no cuadraba, y esa ambiguedad entre falla y laureles hizo que me decidiera a verla. Contando con casi dos horas de metraje neto, una aventura dirigida hacia el público menor y adolescente puede resultar pesada (a mí me resultó pesada durante momentos) por más que Hugo toque todas las fibras sensibles de una buena historia de aventuras: un personaje principal huérfano, un puñado de secundarios entrañables y una aventura por pistas son condimientos primordiales en este tipo de propuestas. Pero donde realmente da la vuelta de tuerca el film es hacia adónde llevan todas estas pistas, que es el preciso momento en el que la trama ahonda en el pasado de los personajes y nos lleva en un viaje único y sentimental hacia los comienzos del Cine con mayúsculas, detalle por el cual Hugo se vuelve una película conmovedora y de tanta relevancia para recordar cómo nació el arte que inspira a tantas personas desde hace decenas de años atrás.

 La historia se beneficia también al tener a un elenco que entremezcla caras conocidas con figuras no tan vistas pero igual de excelentes: en un principio, el joven Asa Butterfield (The Boy in the Striped Pajamas) no me convencía demasiado, lo tenía como un par de ojos bonitos y nada más, pero conforme fueron pasando los minutos y la carga emotiva se va agregando cuadro a cuadro, Asa logró una actuación sólida y relatable; junto a él es un placer ver a la ascendente Chloe Moretz (Kick-Ass, Let Me In) interpretando a la culta Isabelle, una chica que vive aventuras a través de los libros y se muestra más que feliz al saber que está por verse inmersa en una ella misma; el tercer eje es el inefable Ben Kingsley, un actor al que no tengo mucho en estima pero que me sorprendió mucho acá como el frágil Papa Georges:
 Sin embargo, quienes más me sorprendieron fueron otros dos actores: el primero es Sacha Baron Cohen, al que deben reconocer como el irreverente Borat, y que se deshizo del traje de humorista zarpado y se calzó el de villano torpe de buen corazón, un papel que le vino como anillo al dedo; la otra es Helen McCrory, poco conocida comrcialmente pero que hace poco estuvo en la saga Harry Potter interpretando a la madre de Draco Malfoy, y que en Hugo tiene un papel lleno de nostalgia y que le permitió desbordar la pantalla con una clase de actuación magistral. Mis aplausos para ella.

 Tampoco me puedo olvidar de los casi cameos de ciertos actores, como el sencillo Jude Law como el padre de Hugo, Ray Winstone como su borracho tío, Emily Mortimer como la agradable florista de la estación, un añejo pero fantástico Christopher Lee como el librista Labisse, y la pareja de ancianos que se cortejan de Richard Griffiths (¡el tío Vernon de Harry Potter!) y Frances de la Tour. Unos secundarios excelentes.

 No por nada Hugo tiene tantas nominaciones a los próximos premios Oscar. Scorsese no hizo nada a medias y la película bien luce su elevado presupuesto con creces: desde la impresionantemente masiva recreación de una parís gloriosa de los años 30, con un vestuario estupendo y escenarios tan recreados al dedillo hacen que uno se sienta metido de lleno en la historia. La música de Howard Shore es lo primero que lo sumerge a uno en un ambiente parisino, con ese acordeón mágico y sublime que tan bien funciona siempre.
 Lo que sí puedo decir de la película es que es una gran oda al principio de todo, un homenaje de Scorsese disfrazado de película para chicos, y creo que ese fue su principal problema a la hora de acercarse a esta propuesta. no es una película para chicos, sino una película infantil PARA adultos; los chicos no van a entender lo profundo de la historia, al contrario que los grandes, que gozarán con cada guiño cinéfilo aportado por Martin.

 Hugo es una película de aventuras fuera del radar usual de Martin Scorsese, que comienza como una típica corrida de niños para terminar como un sincero y lacrimoso homenaje al nacimiento del Cine como lo conocemos hoy en día. Una hermosa película que no debería pasar por alto a todo aquellos que amen el cine.


 Calificación: A-

lunes, 20 de febrero de 2012

La Dama de Hierro (The Iron Lady)

 Año: 2011.
Género: Drama.
País: Reino Unido - Francia.
Duración: 105 minutos.
Dirección: Phillida Lloyd.
Intérpretes: Meryl Streep, Jim Broadbent, Alexandra Roach, Harry Lloyd, Olivia Colman, Anthony Head.

"La dama de hierro cuenta la historia de Margaret Thatcher, una mujer que atravesó todas las barreras de género y clase para ser escuchada en un mundo dominado por hombres. La historia habla del poder y del precio que se paga por éste, y es un sorprendente e íntimo retrato de una extraordinaria y compleja mujer."

 Cuida tus pensamientos porque se convierten en palabras. Cuida tus palabras porque se convierten en acciones..Cuida tus acciones porque se convierten hábitos. Cuida tus hábitos porque se convierten en tu carácter. Cuida tu carácter porque se convierte en tu destino.Nos convertimos en lo que pensamos.

 Ésa es una probada al a veces profundo guión que caracteriza a La Dama de Hierro, una nueva mirada al polémico personaje político de la dignataria inglesa Margaret Thatcher. Las biografìas siempre son un tema candente en el cine; películas que están especialmete orquestadas para que el  espectador se adentre en la sufrida vida del personaje histórico de turno generan controversia siempre al intentar humanizar las ícono más de lo debido y corre hacia el lado de la edulcoración excesiva. Tal es el caso de La Dama de Hierro, una película con más de un desliz narrativo pero con la fuerza imponente del personaje creado por una galardonada Meryl Streep, quien acá es más que nunca sinónimo de calidad.

Contada a travès de flashbacks hilados por una ancianísima Thatcher coqueteando al borde de la demencia (en todo momento la figura de su marido se le aparece a su lado - pequeño detalle, su marido murió hace años) es que el espectador ve el ascenso y caìda de esta mujer que no se detuvo ante nada para cumplir el sueño de su vida, cambiar la tierra en la que  vivió siempre, a costa de dejar de lado a su familia por el poder. Más allá de la osadía de mostrar a una otrora líder mundial caída en desgracia (todo el mundo está perplejo de su senilidad), la historia de vida de Margaret es por momentos fascinante por todo lo que logró como mujer en un lugar en donde la mujer era imaginable que llegara, pero por otro lado puede resultar un poco densa y tensa por la pegatina inmensa que resulta ver una escena tras otra de la vida de la dignataria.

A pesar de estar más que bien dirigida por Phillipa Lloyd (Mamma Mia!), la estrella es, por supuesto, la impresionante Meryl Streep dando una vez más uno de los papeles de su vida: más allá de la crediblísima prostética utilizada para recrear diversas etapas de la Thatcher, Meryl canaliza casi escalofriantemente los tics y modismos de la dignataria de una manera tan natural que asusta; es la verdadera columna vertebral de La Dama de Hierro y el principal aliciente a la hora de elegir la película para verla. El resto del elenco hace un más que eximio trabajo, acentuando la labor de Streep, con el siempre agradable de ver Jim Broadbent como el esposo de Margaret, y Alexandra Roach y Harry Lloyd como las versiones jòvenes de ambos también resultan un gran estímulo.

 La Dama de Hierro es una confusa y enrevesada biografía que tiene como hilo conductor la portentosa actuación de una Meryl Streep inspiradísima y que da casi miedo por la excelente interpretación de Margaret Thatcher. Para una clase magistral de actuación, ésta es su película indicada; para una historia de vida más imparcial, pueden ir buscando otras adaptaciones.
 Por más férrea y descomunal que esté Meryl, la película sufre de un guión al que se le pasó de raya la edulcoración del personaje histórico y una mezcolanza de escenas que pueden llegar a pesar en el espectador medio; el enfoque absoluto hacia el personaje de Margaret Thatcher afectó un poco al producto final, que se hubiera beneficiado de explorar los personajes cercanos a la Dama de Hierro. Aún así, es para lanzar laureles ante una portentosa y explosiva Streep: es su show absoluto.


Calificación: B

domingo, 19 de febrero de 2012

Caballo de Guerra (War Horse)

Año: 2011 Género: Drama.
País: Estados Unidos.
Duración: 146 minutos.
Dirección: Steven Spielberg.
Intérpretes: Jeremy Irvine, Peter Mullan, Emily Watson, David Thewlis, Tom Hiddleston, Benedict Cumberbatch, Celine Buckens, Toby Kebbell, David Cross.

"Caballo de guerra nos cuenta la extraordinaria historia de amistad que surge entre el joven Albert y un caballo llamado Joey, separándose sus caminos a causa de la Primera Guerra Mundial. El padre de Albert vende a Joey a la caballería del ejército británico para luchar en el frente. Joey será testigo de un extraordinario periodo de la Historia con la Gran Guerra como trasfondo. A pesar de los obstáculos que encuentra en su camino, su coraje será fuente de inspiración para todos los que se cruzan con el noble animal. Albert no puede olvidar a su caballo y abandona su hogar para luchar en los campos de batalla de Francia. Allí busca incansablemente a su amigo para traerlo sano y salvo a casa."

Steven Spielberg, el tío Steven, ataca de nuevo con una historia extremadamente larga y sensiblera, de esas que tanto le gustan a él, pero que tiene varios puntos a favor para que no todo el lastre caiga por la borda almibarada de la película.

Curiosamente, durante todo el metraje de Caballo de Guerra seguimos los pasos de un caballo indómito, Joey, y su vida a través de sus vivencias en un pequeño pueblo de Inglaterra, antes y durante la Primera Guerra Mundial. Es un punto de vista sumamente extraño, en el que los personajes humanos quedan relegados a un segundo plano y la historia va transcurriendo poco a poco a medida que Joey transita los peligrosos escenarios de una guerra virulenta. 

Si bien Spielberg elige contar la guerra desde un costado más seguro a su violentamente real Saving Private Ryan ya que el objetivo acá apunta a un ambiente más comercial y familiero, Caballo de Guerra es una épica un tanto lenta, que no tiene los chispazos de aventura a los que nos tiene acostumbrados el director ( momentos que sí pudimos disfrutar con la brillante The Adventures of Tintin); quizás es el hecho de que las diferentes historias que se entrelazan entre sí van trabando un poco el relato y se hace cansino en ciertos pasajes, pero artísticamente el film es impecable: escenarios que quitan el aliento, una producción puntillosa y cuidada, unas escenas de guerra perfectas y preciosas (la escena del caballo corriendo por las trincheras de noche es uno de los momentazos del film) y por supuesto, una banda de sonido sublime, a cargo del imperecedero John Williams.

El multitudinario elenco de esta historia casi coral tiene a muchas promesas jóvenes en el cine, como Tom Hiddleston (Thor, The Avengers y Midnight in Paris) Benedict Cumberbatch (la aclamada serie Sherlock) y David Kross (The Reader), a los que se les suman los debutantes Jeremy Irvine como el dueño del caballo y una bonita y simpática Celine Buckens. No debemos olvidar, por supuesto, a otros grandes del cine como Emily Watson y David Thewlis, quienes siempre brindan personajes secundarios de calidad. Otro detalle que no se debe pasar por alto es que la mayoría del tiempo vemos la película a través de los ojos de un caballo, el protagonista principal del film, y el uso de los equinos en el proyecto fue sublime, ya que estuvieron tan bien amaestrados (y tan bien dirigidos también) que transmiten emociones com sus movimientos y sus reflejos; eso me pareció brillante, y era uno de los temas que no sabía cómo iba a funcionar en la película.

Y aunque el elenco sea eximio, hay algo en Caballo de Guerra que desentona, y es esas ganas terribles de agradar a todo el mundo, de generar lástima y, por supuesto, sacar cuantas lágrimas posibles para llegar a los tan ansiados galardones. No es culpa de los guionistas Lee Hall (Billy Elliot) y Richrd Curtis (Four Weddings and a Funeral, Nothing Hill, Love, Actually) porque lograron un trabajo excelente en su guión, pero la exarcerbada penura que destila la película es demasiado, incluso cuando estamos ante un Spielberg a puro despliegue visual.

 Caballo de Guerra es otra gran película de Spielberg, quien sigue impertérrito en cuanto a cine de calidad se precie; una lástima que empuje demasiado para gustarle al público con una historia correcta, pero por demás empalagoso al extremo.


 Calificación: B+

sábado, 11 de febrero de 2012

Negras Navidades (Black Christmas) (1974)

 Conocida también como 'La Residencia macabra', 'Navidad sangrienta' y 'Noche de Terror'

Año: 1974.
Género: Horror.
País: Canadá.
Duración: 98 minutos.
Dirección: Bob Clark.
Intérpretes: Olivia Hussey, Keir Dullea, Margot Kidder, John Saxon, Andrea Martin, Marian Waldman.

"Las integrantes de una fraternidad universitaria se disponen a festejar la noche de la víspera de Navidad. La celebración se convierte en una traumática pesadilla cuando unas llamadas obscenas rompen la serenidad y dejan claro que un psicópata esta acechando a las chicas que residen en el campus."

 Cuatro años antes de que el género del horror cambiase para siempre con la entrada de  John Carpenter y su Halloween en 1978, hubo un antecedente más que indica que el slasher no nació con la persecución imparable de Michael Myers, sino que todo comenzó en una hermandad de señoritas en plenos festejos navideños, con llamadas acosadoras que llevarían a una matanza indiscriminada: con Billy nació el verdadero terror.

 En medio de los festejos por Navidad, el grupo de mujeres recibe una llamada de un desconocido. ¡Es el acosador de nuevo!, clama Jess, la protagonista principal, incidiendo que no es la primera vez que el pervertido llama para asustarlas con sus obsenidades sin filtro. ¡Como para no asustarse con esa voz macabra que proviene del otro lado del teléfono! No hay grandes momentos de terror puro en el film, pero cada llamada es una tortura, porque el tono de voz del acosador verdaderamente transmite miedo a cada poro del cuerpo.

 Como película de horror de los 70, Black Christmas no podía actuar sin tener una calma relativa durante todo su metraje para ir aumentando poco a poco el nivel de inseguridad. Muchos dirán ¡No pasa nada durante casi toda la película! pero esa es la gracia de las películas de esa época: se concentraban más en construir los personajes, en avanzar paso a paso, en mostrar apenas lo suficiente para sugerir, antes que tirar toda la carne al asador y elevar exponencialmente la violencia, como hoy en día,  y como bien se puede ver en el remake de este mismo título (cuya reseña pueden encontrar aquí)

 A diferencia del remake, esta vez los personajes son un grupo que se reduce a la dulce Jess, la tranquila Phyl, la borracha Barb, la inocentona Clare y la madre de la hermandad, una señora Mac subida de tono. Olivia Hussey compone a una Jess que transmite angustia cada vez que le toca atender el teléfono y escuchar la voz del acosador, mientras que la otra cara de la moneda es la zarpada Barb de Margot Kidder (la Lois Lane de las Superman de Christopher Reeve) la hermana borracha a la que no todas quieren pero que tiene los mejores momentos de la película; Andrea Martin interpreta a la rara Phyl con sobriedad, mientras que la señora Mac de Marian Waldman es extremadamente hilarante cada vez que nos muestra donde esconde sus reservas de alcohol; es extraño como hicieron encajar esas escenas graciosas durante la primera parte de la película, pero funcionan.
 Por otra parte, el elenco masculino acompaño soberbiamente a las féminas: por un lado tenemos al Teniente Fuller de John Saxon (el padre de la heroína de A Nightmare on Elm Street de Wes Craven) y por el otro a Keir Dullea y sus magnéticos ojos azules siendo Peter, el conflictuado novio de Jess. Muy buen trabajo de parte de los dos.

 El director Bob Clark hizo un buen duo con el guionista Roy Moore; Clark expmirió al máximo la enorme casa para tener varias tomas de la acción entre paredes con un ojo avizor inquietante, apacible pero atento, en donde se destaca más el punto de vista del asesino, técnica que luego se haría reconocida con los ataques de Michael Myers en Halloween; esos ratos en los que somos el asesino, y escuchamos su respiración, son únicos.
 Por otro lado, el guión de Roy Moore es sencillo y va al grano, está plagado de personajes interesantes y no recurre a trucos mañidos con respecto a la acción y las muertes, es más, deja un par de cabos sueltos, y principalmente la historia detrás del asesino, para que cada uno se arme la historia previa y lo que pasa en la conclusión del film. Raras veces una película de horror te deja picando el final para que uno arme el rompecabezas por sí mismo.

 Black Christmas es un hito en la historia del cine de terror, originando en sus fotogramas lo que luego sería una constante a seguir en propuestas de esta clase; es una pena que la avalancha de historias similares la haya llevado al ostracismo, pero que es una ficha importante en la historia del horror, lo es, y nadie le va a quitar ese título.


  Calificación: A

miércoles, 8 de febrero de 2012

Juego de Tronos (A Game of Thrones)

"En el legendario mundo de los Siete Reinos, donde el verano puede durar décadas y el invierno toda una vida, y donde rastros de una magia inmemorial surgen en los rincones más sombríos, la tierra del norte, Invernalia, está resguardada por un colosal muro de hielo que detiene a fuerzas oscuras y sobrenaturales. En este majestuoso escenario, lord Stark y su familia se encuentran en el centro de un conflicto que desatará todas las pasiones: la traición y la lealtad, la compasión y la sed de venganza, el amor y el poder, la lujuria y el incesto, todo ello para ganar la más mortal de las batallas: el trono de hierro, una poderosa trampa que atrapará a los personajes y al lector."

 Luego del viaje épico fantástico y el alucinante mundo creado por John R. R. Tolkien, pensé que en el plano de la literatura fantástica y épica no quedaba nada más por explorar o, mejor dicho, nada que se asemeje a la Tierra Media. No voy a ser un hipócrita y decir que conocía a la saga de Canción de Hielo y Fuego desde antes de la maravillosa serie de HBO, pero lo cierto es que apenas había escuchado comentarios al pasar de ambientes un tanto BigBangTheorianos (espero que entiendan mi pequeña burla acá) y nunca les presté atención hasta momentos después de terminar el décimo capítulo de la primera temporada de la serie.

 La serie me cautivó completamente, y no fue hasta que leí el libro en el que se basaba que me di cuenta de hasta qué punto llegaron los creadores para adaptar con sumo lujo de detalles la intrincada red de traiciones y acción que posee Juego de Tronos, el primer libro de la saga que constará de un total de siete, y de la que no puedo despegarme.

 Pero primero, un anuncio: ni lerdos ni perezosos, la editorial Plaza y Janés sabía que estaban frente a un exitazo, y por eso decidieron cobrar el libro con la inusual cifra de $150 pesos; por suerte, descubrí que la versión en inglés estaba disponible (así como también sus dos secuelas) por $56 pesos: prácticamente, con la plata del primero en castellano puedo conseguir las primeras tres novelas en inglés y leer la saga en su idioma original. Tengo la suerte de saber inglés fluidamente, pero igual sigo pensando que es un precio injusto para aquellos que no manejan bien el idioma.

 En fin, a lo que ibamos.
 George R.R. Martin, maldito bastardo. No puede creer todavía que alguien pueda construir un mundo tan variado de personajes y con tantos detalles como lo hizo Martin en su obra; esta historia de vicisitudes reales en la que las ansias de poder hacen sucumbir a todos los personajes está contada desde muchos puntos de vista, concretamente ocho en el primer libro, con tres escenarios diferentes que cubrir. Algunos personajes están en la misma trama y es así que podemos ver algunos problemas desde diferentes ópticas, mientras que otras tramas cubren el restante de los escenarios. Sin lugar a dudas, la trama central que involucra a la familia Stark casi al completo es la línea general más desarrollada y la más interesante de seguir, con todas las intrigas palaciegas que son casi imposibles de dejar de lado. Por eso, cuando la historia cambia de enfoque y se dirige hacia la Gran Muralla de Hielo, o cruzando los mares para contar la historia de la desterrada heredera Danaerys, uno no puede dejar de sentirse decepcionado por el brusco cambio, pero igualmente, las historias estan interconectadas y no son un desperdicio en absoluto.

 Antes hablaba del desarrollo magnífico de los personajes; están tan bien descriptos, con sus personalidades y sus enojos, sus lealtades, sus odios, que se notan humanos por demás, pero tan bien caracterizados que o se ama a los buenos o se odia rotundamente a los villanos. No hay medias tintas, y los buenos no siempre ganan, como pude descubrir tristemente en este primer libro... aunque la venganza será hermosa. Otro punto que me dejó helado al ir leyendo la novela es la facilidad del autor de sacrificar a personajes importantes en favor de una historia realista: al matar despiadadamente a un grupo variopinto de puntos claves en la historia crea esa sensación de desasosiego y temor de que nadie llegue vivo hasta el final; ese temor a lo inesperado hace al libro grande también.

Creo que tengo una nueva adicción, no puedo parar de leer el libro, y aunque me costó su tiempo terminarlo en inglés, seguiré leyendo así para embeberme de lo genuino de su escritura. Fanáticos de la épica fantástica, y para todos aquellos buscadores de una historia rebuscada, traidora e intrigante, están de parabienes. Hay Juego de Tronos para rato...
Calificación: Excelente

martes, 7 de febrero de 2012

La chica de al lado

"Los suburbios en una ciudad cualquiera de los Estados Unidos en los años 50. Calles sombreadas, con el césped bien cortado, árboles en líneas perfectas y casas acogedoras. Un lugar tranquilo y bonito donde crecer, siempre que no seas la adolescente Meg o su hermana tullida Susan.
En una calle sin salida, en un oscuro y húmedo sótano de la casa Chandler, Meg y Susan, cuyos padres han muerto, están cautivas a manos de una tía lejana que está cayendo progresivamente en la locura. Una locura que está trasmitiendo a su familia, y finalmente al barrio entero."

 Jack Ketchum vuelve a deslumbrar con otra historia acerca de los recovecos más oscuros de la mente humana en La chica de al lado, quizás una historia no tan desbocadamente brutal como la excelente Al acecho (reseña) pero igualmente de fuerte para todo aquel que no esté familiarizado con la simple pero feroz prosa de Ketchum.

En esta historia que comienza cual The Body, la historia de Stephen King, un grupo de amigos en los fabulosos años 50 ven alterada su vida cuando al barrio se sume la joven Meg, una (para ellos) despampanante chica de 14 años y su hermana discapacitada Susan, que nunca sale de la casa de su tía Ruth.
 La narración corre por cuenta de los ojos de David, un chico de 12 años que, en su adultez, intenta sacarse un peso de encima de su mente contando al lector lo sucedido durante los fatídicos días de verano en el sótano de los Chandler.

No hay una clara explicación al porqué empiezan las atrocidades, ni porqué el personaje adulto entre los chicos inicia el ciclo de vejaciones contra las jóvenes, no hay una razón concreta a sus acciones y eso es lo que hace a la trama más y menos interesante y tétrica: no hay un motivo ulterior al que se explica en la novela, y, o bien puede ser que la adulta se va sumergiendo poco a poco en la locura, o tiene un motivo por el cual hace lo que hace. Aunque debe ser que el mal corre en la sangre, porque los chicos le siguen el macabro juego al pie de la letra, y ningun jovencito que se precie creo que llegaría lejos torturando a alguien, aunque la tortura esté disfrazada como un pícaro juego de chicos.

 La brutalidad manejada por Jack Ketchum es bastante pesada, pero lo que noté es que no llegó al nivel gráfico de Al Acecho, donde no se dejó ni un tapujo en el tintero, y acá tiene momentos tensos, tristes y zarpados pero al llegar a cierto punto, elige mirar hacia otro lado y es como desanimador, pero entiendo que es la visión del autor/narrador y la respeto. Lo que sí, se deja leer fácilmente y es bastante atrapante (lo terminé de leer en días); uno quiere llegar hasta el final para saber que destino les depara a los protagonistas, y en contar la trama ágilmente es una proeza de la que Ketchum puede estar orgulloso.

 Es una pena que no llegue más literatura de Jack a las librerías: en años han llegado tan sólo Al Acecho y La chica de al lado, y teniendo en cuenta que son más de una decena de libros en la obra del autor, es algo triste, pero sé que evnetualmente llegarán más obras de un literato del horror tan peculiar como él.

Calificación: Buena