lunes, 30 de abril de 2012

Poder Sin Límites (Chronicle)

Año: 2012.
Género: Ciencia Ficción.
País: Reino Unido - Estados Unidos.
Duración: 84 minutos.
Dirección: Josh Trank.
Intérpretes: Dane DeHaan, Alex Russell, Michael B. Jordan, Michael Kelly, Ashley Hinshaw, Bo Petersen.

"Tres estudiantes de secundaria realizan un increible descubrimiento que les permite desarrollar poderes más allá de su propia comprensión. Aún cuando comienzan a controlar sus poderes y empezar a usarlos para su ventaja, sus vidas pronto se salen de control ya que la parte oscura de estos poderes comienza a apoderarse de la situación."

 La dupla joven de Josh Trank (ésta es su primera película) y Max Landis (hijo del célebre director John Landis - An American Werewolf in London) probó suerte combinando el subgénero cámara en mano (tan popular y criticado por estos días) con la línea fantástica de los superpoderes, creando así Chronicle, una película de bajo presupuesto pero con buenas ideas que convence, a pesar de volverse un tanto mañida luego de un rato.

 Chronicle comienza presentándonos la dura vida de Andrew, un joven que no la está pasando nada bien: su madre está postrada en la cama, en estado casi terminal, su padre alcohólico poco y nada puede hacer para aliviar a su esposa, por lo que descarga su frustración con su antisocial y retrotraído hijo. El único que esta ahí para él es su primo Matt, quien intenta apoyarlo en todo, incluso cuando su primo comienza a grabar todo con una nueva cámara. La noche que todo cambia, en una fiesta en las afueras de la ciudad, Andrew y Matt se unen al popular Steve para investigar un hoyo en el suelo en los alrededores de donde la fiesta está teniendo lugar. Que sí, que no, finalmente los tres jóvenes descienden y lo que encuentran les cambiará la vida para siempre...

 Difícilmente Chronicle está diseñada para contestar todas las preguntas que plantea, como el verdadero origen de lo que encuentran ahí debajo que hace que pronto empiecen a desarrollar superpoderes, sino que se encarga de mostrar cómo estos chicos comienzan a lidiar con algo que parecía imposible y hasta surreal de pensar, y las consecuencias de sus actos, primero de una manera burlona  y picaresca, para ir enturbiando el ambiente a causa de la inestabilidad de uno los miembros del trío.

 La historia que presenta la película no es nada original, pero la suma de sus partes está tan bien conducida que es casi imposible aburrirse al verla, sobre todo porque su duración es bastant acotada pero le sirve para contar la historia con holgura. El guión de Trank & Landis corporiza muy bien a sus protagonistas, creando una buena relación entre ellos y con el resto de los secundarios que los rodean. Hay que aplaudir el papel de Dane DeHann, quien se roba la película como el tímido Andrew; aunque ya llegados al final de la cinta su personaje tenga momentos inexplicables dentro de su descontrolada furia (problemas del guión, suponemos) DeHaan no baja nunca el nivel de su potencia actoral.

 El mérito mayor recae en el director Josh Trank, que con un presupuesto ínfimo para una película de esta temática logró dirigir un film sorprendente y de calidad; por supuesto, a los efectos especiales si uno los mira de cerca descubre su truco (mucha pantalla verde, digamos) pero la habilidad de Trank para esconderlos, camuflarlos, es digna de un director en ascenso. No por nada Sony ya lo está acercando para dirigir el reboot de Fantastic Four o el spin-off Venom.

 Chronicle es una interesante visión sobre la (ir)responsabilidad que conlleva tener superpoderes; difícilmente se convierta en una obra de culto, pero es una película entretenida que duro lo justo y necesario para contar su historia y generar un debate luego de su visionado.


 Calificación: B+

viernes, 27 de abril de 2012

Los Vengadores (The Avengers)

 Año: 2012.
Género: Acción.
País: Estados Unidos.
Duración: 142 minutos.
Dirección: Joss Whedon.
Intérpretes: Robert Downey Jr, Chris Evans, Mark Ruffalo, Chris Hemsworth, Scarlett Johansson, Jeremy Renner, Tom Hiddleston, Clark Gregg, Cobie Smulders, Stellan Skarsgård, Samuel L. Jackson, Gwyneth Paltrow.

"Cuando un inesperado enemigo emerge para amenazar la seguridad mundial, Nick Fury, el director de la agencia internacional para la paz conocida como S.H.I.E.L.D se encuentra en la obligación de convocar a todo un equipo de valientes para rescatar a la humanidad de un inminente desastre."

 Cuatro largos años han pasado desde aquella escena al final de los créditos de Iron Man, en la que Nick Fury introducía a Tony Stark a la Iniciativa Avenger. Al final de cada película de Marvel (The Incredible Hulk, Iron Man 2,Thor y Captain America) un fragmento del rompecabezas se iba agregando, hasta culminar en el gran festival de acción a raudales que es The Avengers, una película única dentro del mundo de los superhéroes a la que le tenía desconfianza, pero que terminó destrozando toda duda posible.

 Decir que The Avengers no es una montaña rusa sería mentir completamente. Ciertamente, se toma su tiempo para comenzar, presentando la situación actual de todos los personajes involucrados, pero cada momento sirve para ver a los héroes en su estado actual luego de sus aventuras en solitario, además de expandir la amenaza actual que se cierne en esta ocasión.

Y ése era uno de mis mayores miedos, que dichos personajes que tuvieron su película propia intentaran sacarle protagonismo a los otros y la situación fuese un caos; al contrario, el conjunto trabaja armónicamente ante la amenaza, teniendo cada uno su momento, aunque claramente destaque como siempre el Tony Stark de Robert Downey Jr.o el Hulk de Mark Ruffalo, la sorpresa total de la película. Chris Evans y Chris Hemsworth repiten sólidamente sus Capitán América y Thor respectivamente, consolidándose aún más como estrellas no en ascenso sino ascendidas ya. Mi sorpresa particular son el dúo que forman la letal Natasha Romanoff de Scarlett Johansson y el certero Hawkeye de Jeremy Renner, los únicos miembros de los Vengadores que no tienen superpoderes o una armadura, y se valen de sus habilidades para defenderse y atacar; especialmente mi aplauso va para Scarlett, cuyo personaje evolucionó para bien desde Iron Man 2.

 Otro de los puntos que pensé que no iba a cuajar, y en realidad era una cuestión de óptica personal, era cómo se podía mezclar el mundo real en el que viven la mayoría de los personajes con el mundo fuera de esta galaxia, tema que ya me había provocado escozor en Thor, pero que gracias al guión maestro de Zak Penn y el mismo director Joss Whedon se soluciona con un par de diálogos convincentes y una idea que sostiene todo el conflicto.

 Y hablando de Whedon, no puedo creer que el creador de series tan icónicas como Buffy, Angel, Firefly y Dollhouse no haya dado el gran salto a la pantalla grande (con éxito, si tenemos en cuenta el fracaso en taquilla que supuso su Serenity) porque en The Avengers tenía una tarea muy difícil (juntar a todos los héroes y que no se mataran entre ellos) y las expectativas demasiado altaas para un producto de este calibre.
 No solo se sale con la suya en eso, porque dirigió un producto de acción impecable e implacable, relleno de escenas adrenalínicas y efectos de última generación, sino que también en el medio trenzó los usuales toques de humor en el guión, que se ven trasladados a la pantalla grande de manera tal que el público realmente disfrutó de dichos toques. Como director, tiene y no se me cruza por la cabeza por qué recién ahora se le concedió esta oportunidad y no antes.

 The Avengers es la película de superhéroes que todos estaban esperando. Simplemente no se puede hacer la vista gorda ante un espectáculo de ciencia ficción de este calibre, y su visionado en el cine es imperativo. Decepcionar, no creo que nadie salga decepcionado. Ah, y quedense hasta el final, la escena a mitad de los créditos deja la puerta abierta (no podía ser de otra amnera) a un nueva amenaza para la Tierra y para los Vengadores.


Calificación: A

martes, 24 de abril de 2012

[REC] 3: Génesis

Año: 2012.
Género: Horror.
País: España.
Duración: 80 minutos.
Dirección: Paco Plaza.
Intérpretes: Leticia Dolera, Diego Martín,  Ismael Martínez, Àlex Monner, Carla Nievo, Claire Baschet, Mireia Ros, Ana Isabel Velásquez, Emilio Mencheta, Blai Llopis.

"Clara y Koldo están hechos el uno para el otro: van a celebrar su casamiento acompañados de sus seres queridos. Pero una negra sombra se cierne sobre ellos. En el día más feliz de sus vidas, el infierno va a desatarse."

 Es un placer para mi ver que la tremebunda saga española haya llegado a su iteración número 3, tras haber disfrutado e idolatrado [REC] y haber defendido el honor de [REC] 2 con su giro en la historia de estos humanos rabiosos sedientos de sangre. [REC] 3: Génesis ha dejado a un director por el camino y Paco Plaza se erige como el único, dejándole la banca libre a su amigo Jaume Balagueró para la cuarta y última entrega de la portentosa serie. Ese no es el único cambio que aporta esta nueva entrega, ya que hay varios cambios que la distancian de sus predecesoras, pero el hilo conductor sigue en pie: ese aire costumbrista con dejos sangrientos que han logrado que esta saga se destaque.

 La calma que precede al huracán en esta ocasión comienza en el casamiento de Clara y Koldo, con unos sólidos primeros veinte minutos en donde desde diferentes puntos de vista observamos la introducción de los personajes en plena celebración y, por supuesto, con cámara en mano. Un personaje no para de repetir cinema verité, característica popular de la saga, con la cruel ironía de que al final de este largo (y oculto) prólogo, las cámaras no se usarán más y la película salte del formato cámara en mano hacia una convencional película filmada, 'como las del cine' diría dicho personaje.
 Este gran cambio le permite a [REC] 3: Génesis tomar un gran contraste y desarrollar la acción desde otra perspectiva, algo que los seguidores de la saga verán con otros ojos, quizás con desconfianza, pero le da otro sabor a una saga que a punto estaba de caer en la repetición constante y necesitaba algo para agitar las aguas. Por supuesto, es raro ver que la película esté filmada de tal manera, y que también haya un uso de una banda sonora, detalle no presente en las previas aventuras, pero el salto de fé está dado y le sienta bien. Sé que es raro y un poco se pierde el sentimiento de angustia y adrenalina que sobrepoblaba las anteriores, pero es un experimento que no queda mal, y le otorga una ficha diferente al rompecabezas viral de la saga.

Así como también el formato de filmación cambia para no repetirse tanto, la historia y la narración cambian también hacia un tono más de comedia negra, muy cerca de los primeros trabajos de directores como Peter Jackson y Sam Raimi. Dichos detalles, entre lo grotesco y lo puramente sangriento encajan perfectamente con [REC] 3: Génesis; no necesariamente genera terror absoluto, pero es de agradecer el tono mala leche de la película, nunca llevado al extremo sino que está mantenido entre líneas, para que no sea una parodia absoluta. Por cierto el Génesis del título es un juego de palabras, no más, ya que se juega un poco con la línea temporal de la epidemia, y hay pequeñas pistas sobre la misma; para todo aquel que espere respuestas contundentes sobre el origen de todo quedará un poco decepcionado, porque se añaden un par de interesantes preceptos a la creciente mitología, pero no mucho más.

 La posta de la inolvidable Angela Vidal y su camarógrafo Pablo la toman la pareja del casorio, unos sólidos Leticia Dolera y Diego Martín, que pasan la mayor parte del film separados y rodeados por secundarios muy hilarantes, que son los familiares de cada uno. El conjunto de invitados tiene momentazos, como el gordo que filma todo, el amigo que se levanta a las solteras de turno, las tías y abuelas bizarras, etc. Hay un buen sentimiento de unidad en todo el elenco. Dolera quizás deba llenar los zapatos grandes que dejó la mítica Manuela Velasco con su Ángela en [REC] y [REC] 2, pero uno no puede evitar aplaudirla cuando ande motosierra en mano, aunque mirando a largo plazo, su papel sepa a poco y no sea tan legendario como parecía ser.
 REC 3 está claramente desviada de sus congéneres por el nuevo rumbo tomado en esta pseudoprecuela, pero no deja de ser una entretenida comedia negra que amplía el espectro de esta saga que, espero, culmine a lo grande.


Calificación: B+

sábado, 21 de abril de 2012

Damiselas en Apuros (Damsels in Distress)

Año: 2011.
Género: Comedia.
País: Estados Unidos.
Duración: 99 minutos.
Dirección: Whit Stillman.
Intérpretes: Greta Gerwig, Analeigh Tipton, Carrie MacLemore, Megalyn Echikunwoke, Adam Brody, Ryan Metcalf, Hugo Becker, Billy Magnussen, Caitlin Fitzgerald, Aubrey Plaza.

"Un trío de bellas jóvenes  se embarca en la misión de revolucionar la  extraña vida universitaria americana: ellas son la dinámica líder Violet Wister, la llena de principios Rose y la sexy Heather. Juntas reciben en su grupo a la estudiante de intercambio Lily, la cual busca ayudar a varios estudiantes deprimidos y al borde del suicido con planes de buena higiene y números musicales.  Pero el grupo no contaba con caer rendidas a los embates románticos del apacible Charlie, el hermoso Xavier,  el alocado líder de la manada Frank y Thor, grupo masculino que amenaza la amistad de las chicas, y su misma cordura."

 Whit Stillman es un callado director americano que, en el curso de 1990 hasta el momento, sólo ha filmado cuatro películas, narrando diferentes vivencias del propio autor y entremezclandolas con tramas en donde jóvenes se mueven por ambientes adinerados y de alta alcurnia. Luego de trece años desde su última película, The Last Days of Disco, Stillman regresa al enclave que lo marcó en su primera película, un   campus universitario, para contar en Damsels in Distress la historia de un grupo particular de féminas dispuestas a cambiar el mundo mediante extraños métodos y servicios a la comunidad, al frente de una líder tan peculiar como original.

 Dentro del campus de la universidad Seven Oaks, conocemos al trío de inquietantes jóvenes estudiantes compuesto por la tan deslumbrante como ingenua Heather, la correctísima y en extremo prejuiciosa Rose y la jefa del grupo, la reina abeja, Violet,  uien une al grupo gracias a sus particular visión de la vida y sus abocados intentos   de cambiar al mundo y librarlo de la depresión y la injusticia. El punto de vista desde   fuera del grupo arriba con la llegada de Lily al campus y, así como el grupo de Violet la va instruyendo en sus enseñanzas, vamos armando el rompecabezas humano que puebla en la película.
 Hace rato que no veía una comedia tan sutil y bien escrita. Esas son las palabras para describir la comedia de Stillman, 'sutil' y 'bien escrita'. No sólo hay situaciones extremadamente hilarantes que estan muy bien pensadas, sino que también no se recurre a la escatología ni a nada burdo para hacer reír, son situaciones orgánicas para nada forzadas.

 Y estas mismas situaciones se apoyan mucho en el talento del joven y eximio elenco, comandado por una terriblemente efectiva Greta Gerwig, una fuerza de la Naturaleza que va a ser difícil de soslayar en Hollywood; no sólo le aporta la apatía necesaria a su Violet, sino que sus diálogos son entregados con tal convicción que provoca hipnotismo. El resto de su grupo está muy bien delineado, aunque se destaca la naturalidad de Analeigh Tipton, quien demuestra que no sólo es una cara bonita y crea un efecto polarizante frente a la personalidad de Violet y su grupo. El elenco masculino tiene como estandarte al carilindo Adam Brody como el misterioso Charlie, y a la bala perdida de Frank, de parte de un hilarante Ryan Metcalf; y cómo olvidar al Thor de Billy Magnussen, quien tiene uno de los momentos más excelentes de la película con   su pequeño problemita con los colores.

 La mano de Stillman no sólo se siente en el guión, sino en la manera de enfocarse en los personajes, en captarlos con las cámaras en sus momentos más cruciales, y también seguirlos durante su estadía en el campus, con todos aquellos sucesos que los rodean; hay una honestidad pura en todas las escenas, y un espíritu festivo y atractivo, incluso con las pequeñas escenas de baile que le dan uns abor diferente a la película.
Comedias hay muchas, pero son muy pocas las que tienen una sencilleza basada en una buena historia, bien contada, y con diálogos inteligentes. Damsels in Distress es una de ellas, y un buen punto para empezar a revisionar la obra de Whit Stillman.


Calificación: B+

miércoles, 18 de abril de 2012

12 Horas (Gone)

 Conocida también como 'Sin Rastro'

Año: 2012
Género: Suspenso.
País: Estados Unidos.
Duración:94 minutos.
Dirección: Heitor Dhalia.
Intérpretes: Amanda Seyfried, Daniel Sunjata, Jennifer Carpenter, Sebastian Stan, Wes Bentley, Emily Wickersham, Joel David Moore.

"Cuando su hermana desaparece, Jill se convence que el asesino serial que la secuestró dos años atrás ha regresado y ahora deberá enfrentar la posibilidad de volver a enfrentarse a él para salvar a su hermana."

Amanda Seyfried es una joven actriz que se está consolidando en Hollywood por todas las razones correctas excepto una: buenas películas. Si bien tiene rachas de buena aceptación y proyectos interesantes (Mamma Mia!, Chloe, In Time) son más las veces que se utiliza su cara bonita para atraer a la audiencia que por la calidad intrínseca de las películas (Red Riding Hood, Dear John, Jennifer's Body) . En Gone, esta variable se vuelve bastante polarizante con una película con una trama digna de cualquier capítulo de una serie policial á lá CSI o La Ley y El Orden, una fórmula bastante trillada, pero que curiosamente tiene el detalle de tener un protagónico por parte de Seyfried lo suficientemente atrapante, cautivador, para cumplir su cometido.

Habiendo establecido esta pequeña advertencia, nos metemos de lleno en la historia: Jill es una joven moza de una cafetería que vive con su hermana universitaria; por razones que mas temprano que tarde conoceremos, es una chica muy paranoica. Hace dos años alguien la raptó y la dejó en un pozo en el medio de un parque nacional inmenso, aunque es la única víctima mujer que logró escapar de sus garras. Cuando su hermana desaparece, Jill está convencidísima de que es el mismo asesino que ha regresado por ella. ¿La vuelta de tuerca? La policía no le cree nada, debido a que nunca encontraron ninguna evidencia de su rapto y por ello fue encerrada en un instituto mental durante una temporada. Con las fuerzas policíacas en su contra y sin nadie que le crea, es tarea de Jill encontrar a su hermana antes de que se le acabe el tiempo.

Gone goza de una producción estupenda: una dirección impecable, cortesía del primerizo en cine angloparlante Heitor Dhalia (es brasilero), una cinematografía hermosa que muestran a los bosques de Oregon en todo su esplendor y una banda de sonido agradable; en el aspecto que no le permite sobresalir es en el guión, firmado por Allison Burnett (la alguna vez escritora de la peli romántica Autumn in New York y que en su reciente haber tiene Untraceable, Fame y Underworld: Awakening) un guión muy sencillo, casi de manual, en el que se sigue un camino de pistas cual camino de migas hasta el conflicto final, con un desarrollo en donde no faltan las pistas falsas ni las miradas sospechosas.

El pegamento que mantiene unido a todos estos elementos es la magnética actuación de Amanda Seyfried que, incluso con una historia carente de escenas creíbles de suspenso, ella solita se carga la película al hombro y se pasea durante todo el metraje mintiendo y amenazando para descubrir el paradero de su hermana menor. El resto del elenco cumple con su papel de típicos policías ineptos que no ayudan para nada a la protagonista, sino que le estorban y, llegando al nivel de las usuales miradas y/ó conductas sospechosas como para generar intriga; dichos secundarios policiales involucran al morocho Daniel Sunjata y al acá infravolaradísimo Wes Bentley, beneficiario de unos diálogos paupérrimos, que no lo ayudaron en nada. Como contrapartida, Emily Wickersham y Sebastian Stan tienen buenos momentos como la hermana y el novio de la misma respectivamente; la química entre hermanas es creíble y efectiva, mientras que la relación de familiares políticos de Seyfried y Stan funciona y se nota aceitada.

Bajando las expectativas al mínimo quizás uno pueda disfrutar de Gone, ya que es lo suficientemente competente para mantener al espectador interesado por lo que ocurre en la pantalla, pero aquellos que busquen una película de suspenso con una trama más revuelta saldrán decepcionados. Para completistas de la Seyfried y no mucho más.


 Calificación: B-

sábado, 14 de abril de 2012

Más allá del arco iris negro (Beyond the Black Rainbow)

Año: 2010.
Género: Ciencia Ficción.
País: Canadá.
Duración: 110 minutos.
Dirección: Panos Cosmatos.
Intérpretes: Michael Rogers, Eva Allan, Scott Hylands, Marilyn Norry, Rondel Reynoldson.


"Año1983. Elena se encuentra capturada contra su voluntad en un misterioso centro conocido como Arboria, bajo el vigilante ojo del siniestro doctor Barry Nyle. Empujada hasta sus límites, a Elena no le queda otra opción más que navegar a través de la laberintesca prisión para escapar, revelando sus secretos ocultos en el proceso."

 De vez en cuando llegan películas como Beyond the Black Rainbow para demostrarnos que la ciencia ficción artística todavía puede existir y, con su debut artístico, Panos Cosmatos retrata un mundo retrofuturista digno de alabar pero que se queda corto con una historia con potencial pero pobremente narrada y que se estira más de lo suficiente, dejando agotado al espectador...

 Cuando la película comienza con una introducción absorbente, las reminiscencias del centro Arboria con la iniciativa Dharma en Lost no pueden soslayarse, y tampcoo el hecho de que uno ya está dentro de la trama. Los dos personajes principales no tardan en aparecer: ellos son el doctor Barry Nyle y la joven Elena, y el foco de la trama. Por razones desconocidas, Elena ha pasado toda su vida dentro de este centro, y a partir de ciertos experimentos en ella (nunca sabemos a ciencia cierta de qué tipo) ha desarrollado cierto sentido de telequinesis. El doctor Nyle deja entrever una obsesión casi malsana para con Elena, obsesión que se volverá mortal con el correr de los minutos.

 Llegado cierto momento, el ritmo pausado de Beyond the Black Rainbow toca fondo. La visión futurista y surrealista de Cosmatos entrechoca con sus habilidades como narrador, confundiendo escenas lisérgicas que no quedan muy bien en claro con un despliegue visual impecable; la recreación de un 1983 se nota desde la puntillosa puesta en escena, hasta el método de filmación, con unas imágenes que parecen salidas de TRON y una banda sonora muy ochentosa, chiclosa, que se te pega. Técnicamente, poco hay para reprocharle al film, pero la historia se siente demasiado estirada incluso hasta para el espectador más paciente, que no podrá ver la hora en que la película termine, con un corte a negro que por poco y me hace aplaudir del hastío al que había llegado a mediados del metraje.

 Los protagonistas también son el ying y el yang del proyecto: Michael Rogers impregna a su doctor Nyle con fervor por su proyecto en Elena, se torna obsesivo, es maniático, es terrorífico; sin lugar a dudas, mete miedo y es un punto relevante en la película. El contraste lo hace la joven Eva Allan, quien se ve restringida por las limitaciones de su personaje, aunque su trabajo de verse como una indefensa y pobre rehén del centro no tiene un lado apático por el cual el personaje puede sentirse apenado; simplemente no hay suficiente sustancia como para sentirla. El resto del elenco apenas se deja ver, pero sus actuaciones son concisas, sencillas y ya.

 Siento que estoy entre aguas divididas: por un lado, el estilo visual, la música, los protagonistas, las escenas psicodélicas, todo encaja y está servido en bandeja para conformar un peliculón de ciencia ficción, pero la simpleza de la trama es estirada por el director hasta casi 2 horas y el peso de este lastre arrastra a toda la película, que en sus últimos minutos se convierte en un slasher (¿?) inesperado y  un final simplemente estúpido y carente de efecto.

  Realmente quise que me guste Beyond the Black Rainbow, esperaba un viaje lisérgico extremo, pero lo que obtuve fue dicho viaje pero sin las drogas en mi organismo, ¿me explico? Es como si tu grupo de amigos se hubiese drogado y vos sos el único sin drogas y, por lo tanto, morís del aburrimiento esperando que ellos regresen del trance.


 Calificación: C

viernes, 13 de abril de 2012

God Bless America


Año: 2011.
Género: Comedia.
País: Estado Unidos.
Duración: 104 minutos.
Dirección: Bobcat Goldthwait.
Intérpretes: Joel Murray, Tara Lynn Barr, Melinda Page Hamilton, Mackenzie Brooke Smith, Rich McDonald, Maddie Hasson, Travis Wester, Aris Alvarado, Sandra Vergara, Jamie Harris.

"Frank ha tenido suficiente con la espiral descendente de la cultura americana. divorciado, recientemente despedido y enfermo terminal, Frank realmente no tiene nada por lo que vivir. Pero en vez de quitarse la vida, decide agarrar su arma y descargar su frustración en las personas más crueles, estupidas e intolerantes que se pueda imaginar, comenzando con unas estrellas de realities particularmente odiosas.
 En su camino, Frank se cruza con la estudiante de secundaria Roxy, quien comparte el mismo sentimiento de ira y desapego. Juntos se embarcan en un ataque nacioanl contra las celebridades más irritantes del país..."


 ¿Por qué tener una civilización si ya no estamos interesados en ser civilizados?

¿Quién alguna vez no se planteó agarrar una pistola y salir en una odisea para eliminar a todas aquellas personas mezquinas, malas y molestas en la vida? ¿Y de poner una bomba en los estudios de algún reality show? El director Bobcat Goldthwait parece que es una de esas personas (como yo, como ustedes, quiero creer) que el anterior plan suena como una buena idea, y embarca a los personajes de God Bless America en una aventura disparatada, que cumple su objetivo de enardecer el odio hacia dichos programas de televisión y la gente detrás de ellos, pero sin dejar una huella profunda como sátira, sino ser un entretenimiento pasatista que convence lo justo y necesario.

 Ni bien comenzada la película, vemos un vistazo a la triste vida de Frank, nuestro protagonista entrado en años: tiene un departamento magro, un trabajo de oficina triste, su familia lo ha dejado, y tiene una pareja de vecinos jóvenes (crío incluído) que son de terror. Por si fuera poco, tiene migrañas que lo afectan severamente, y su combustible es ver como la sociedad se derrumba con cada cambio de canal que hace en su tele; Tuff Girlz, Dumb Nutz y American Superstarz son algunos de los programas que mira tristemente sentado en su sofá, programas en clara referencia a los gemelos vacuos que tenemos en la televisión en la vida real. Si a todo esto le sumamos que padece de un cáncer inoperable en la cabeza y sus días están contados, el detonante para Frank está más cerca de lo que se imagina.
 Y ese detonante es Chloe, una chica imbécil de dieciséis años que está por cumplir años y los padres le festejan cada berrinche que hace. Ha nacido en Frank un asesino.

 La trama de God Bless America no pierde tiempo en presentar esta situación, y lo hace con gracia y soltura, aunque de a ratos se nota que la mano del director/guionista está forzando un poco la historia (en particular con cierto monólogo por parte de Frank en su trabajo) para que nos guste el personaje principal de Frank, pero lo cierto es que nos cae mejor más por sus acciones que por sus actitudes, que no están muy erradas. El camino de Frank no hace más que empezar cuando conoce a la joven Roxy, una chica bastante común por fuera pero que por dentro es una máquina de matar nutrida por el odio que tiene hacia la sociedad; juntos hacen una dupla dispareja, una versión remixada de Bonnie & Clyde con un destino que se irá forjando a medida que avancen en su camino.

 Tranquilamente la película podría haber fracasado de no contar con un dúo peculiar como protagonistas, y por suerte, no es el caso, ya que Joel Murray juega el rol de un Frank cansado y hastiado de todos los que lo rodeancon soltura y una firmeza algo ingenua, mientras que el contrapeso recae en una Roxy malhablada, cínica e hiperactiva, interpretada por la joven promesa Tara Lynn Barr, uno de los puntos altos del film. Ellos dos se detacan por sobre un elenco secundario que cumple su papel, pero su relación cambiante de cómplices a padre e hija va evolucionando extrañamente, sin que falte el ocasional flirteo amoroso que (agradezco) no se corporiza.

 Como mencionaba antes, el foco de Goldthwait no busca profundizar en una crítica sustancial hacia el sistema cultural americano, sino que opta por presentar a (casi) todos los personajes a excepción del dúo protagónico como idiotas egoístas para que la carnicería esté servida sin ningún remordimiento alguno, pero hay ciertos momentos en los que los mismos personajes principales se ponen al mismo nivel odioso de sus víctimas y el asunto queda un poco turbio. Tampoco es que God Bless America sea una proeza fílmica, ya que pasados los días se olvida fácilmente, pero disfrutarla en el momento y fantasear un poco no viene nada mal, y ése es el objetivo principal del proyecto: disfrutarla, imaginarse situaciones y dejarse llevar.

 God Bless America puede que no sea una profunda crítica sobre todo lo malo en la cultura de hoy en día, y no pretende serlo tampoco, sino que es una cargada llena de irreverencias y humor negro a todo aquello que le puede llegar a molestar a uno de la sociedad que tenemos que padecer.


 Calificación: B-

sábado, 7 de abril de 2012

Weekend


Año: 2011.
Género: Drama.
País: Reino Unido.
Duración: 97 minutos.
Dirección: Andrew Haigh. 
Intérpretes: Tom Cullen, Chris New.

"Una noche de viernes, después de una fiesta con sus compañeros heterosexuales, Russell se dirige a un club gay. Justo antes de la hora de cierre se va con Glen. Así comienza un fin de semana - en bares y en habitaciones, emborrachándose y tomando drogas, contandose historias mutuamente y teniendo sexo -  que resonará en sus vidas."

¿Sabes lo que se siente cuando duermes con alguien que no conoces por primera vez? Te conviertes en un lienzo en blanco y te da la oportunidad de proyectar en él lo que quieres ser. Todo el mundo lo hace. Y mientras estás proyectando quien tú quieres ser, se abre una brecha entre lo que quieres ser y lo que realmente eres. Y en esa brecha, se revela lo que te está deteniendo para convertirte en lo que realmente quieres ser.

 Weekend no es sólo una película de corte homoerótico. No es el hecho de que los protagonistas sean homosexuales, cualquier persona en una situación parecida puede sentirse identificado con uno u otro personaje. Bebiendo de fuentes claras como el caso de las icónicas Before Sunrise y Before Sunset, el director y guionista Andrew Haigh firma su segundo largometraje (el primero es Greek Pete, luego de una tanda de cortos) narrando la historia íntima y trágica de dos muchachos que, en un fin de semana, descubrirán muchas cosas sobre ellos mismos.

 Conozcamos a Russell, un chico que se dirige a la casa de sus amigos para pasar una agradable noche de viernes cenando y fumando marihuana. Rusell no habla mucho, es mas bien parco, tal vez escondiendo un motivo secreto para sí mismo. Dicho y hecho, al despedirse de sus amigos, se dirige a un bar gay, un poco incómodo, para tratar de conocer a alguien y pasar una noche acompañado. Ahí conoce a alguien que le interesa, pero no hay interés mutuo, y termina con alguien que no es su estilo. Un corte rápido nos indica que la noche ha terminado, y Russell prepara dos tazas de cafe para, oh, sorpresa, aquel muchacho que no le dio ni la hora al comienzo. Su nombre es Glen, y todavía no sabe el impacto que tendrá ese encuentro tanto en su vida como en la de Russell.

 Russell es una persona reservada, que acepta su homosexualidad pero que no la anda gritando al viento; Glen es un artista que no le teme a la vida, con un peculiar sentido del humor y con las cosas en claro. Glen tiene un experimento en mente, y necesita grabar la experiencia de este encuentro en las palabras de Russell. Al principio, parece una estupidez, pero de a poquito los nudos comienzan a desatarse y los verdaderos sentimientos de cada uno comienzan a aflorar.

 Weekend muy pocas veces sale del encierro del departamento de Russell (la casa de su mejor amigo, unos cuantos bares, una feria de carnaval) porque elige enfocarse en los espacios cerrados, donde tienen lugar estas largas conversaciones que exploran  los problemas relacionales de cada uno. El guión de Andrew Haigh les da múltiples dimensiones a estas dos almas en pena, a la vez que la dirección se centra en un foco intimista y los sigue bien cerca, para no perder detalles, pero también para sentirse aún más cercanos a los muchachos. Hay escenas de sexo casi explícito, pero hay una poesía y una armonía dentro de ese caos que mesmeriza.

  El estandarte fuerte de Weekend son las maravillosas actuaciones por parte de Tom Cullen y Chris New,  el primero quien le aporta una apatía natural y una frescura a su Russell, y el segundo quien tiene a su cargo al firme pero sensible por debajo de esa superficie dura Glen. Juntos tienen una química palpable, a flor de piel, y no le temen a nada, ya que el nivel de contacto físico al que llegan es para aplaudir de pie. Se sabe que New es gay en al vida real, pero si Cullen no lo es, más aplausos todavía. Mas allá de este detalle, y volviendo a las aptitudes actorales del dúo, es la última escena en la que demustran todo su afecto que no se puede evitar los ojos llorosos. Sos potentes, de verdad lo son, y junto a la maestría de Haigh, se elevan aún más.

 Weekend es una mirada íntima y profunda no sólo a una relación homosexual, sino a cualquier relación en la que haya un conflicto o varios a resolver, como cuando dos personas cargan diferente equipaje emocional y las ideas y realizaciones de cada uno entrechocan. Tan simple como tan conmovedora.


Calificación: A