sábado, 11 de febrero de 2012

Negras Navidades (Black Christmas) (1974)

 Conocida también como 'La Residencia macabra', 'Navidad sangrienta' y 'Noche de Terror'

Año: 1974.
Género: Horror.
País: Canadá.
Duración: 98 minutos.
Dirección: Bob Clark.
Intérpretes: Olivia Hussey, Keir Dullea, Margot Kidder, John Saxon, Andrea Martin, Marian Waldman.

"Las integrantes de una fraternidad universitaria se disponen a festejar la noche de la víspera de Navidad. La celebración se convierte en una traumática pesadilla cuando unas llamadas obscenas rompen la serenidad y dejan claro que un psicópata esta acechando a las chicas que residen en el campus."

 Cuatro años antes de que el género del horror cambiase para siempre con la entrada de  John Carpenter y su Halloween en 1978, hubo un antecedente más que indica que el slasher no nació con la persecución imparable de Michael Myers, sino que todo comenzó en una hermandad de señoritas en plenos festejos navideños, con llamadas acosadoras que llevarían a una matanza indiscriminada: con Billy nació el verdadero terror.

 En medio de los festejos por Navidad, el grupo de mujeres recibe una llamada de un desconocido. ¡Es el acosador de nuevo!, clama Jess, la protagonista principal, incidiendo que no es la primera vez que el pervertido llama para asustarlas con sus obsenidades sin filtro. ¡Como para no asustarse con esa voz macabra que proviene del otro lado del teléfono! No hay grandes momentos de terror puro en el film, pero cada llamada es una tortura, porque el tono de voz del acosador verdaderamente transmite miedo a cada poro del cuerpo.

 Como película de horror de los 70, Black Christmas no podía actuar sin tener una calma relativa durante todo su metraje para ir aumentando poco a poco el nivel de inseguridad. Muchos dirán ¡No pasa nada durante casi toda la película! pero esa es la gracia de las películas de esa época: se concentraban más en construir los personajes, en avanzar paso a paso, en mostrar apenas lo suficiente para sugerir, antes que tirar toda la carne al asador y elevar exponencialmente la violencia, como hoy en día,  y como bien se puede ver en el remake de este mismo título (cuya reseña pueden encontrar aquí)

 A diferencia del remake, esta vez los personajes son un grupo que se reduce a la dulce Jess, la tranquila Phyl, la borracha Barb, la inocentona Clare y la madre de la hermandad, una señora Mac subida de tono. Olivia Hussey compone a una Jess que transmite angustia cada vez que le toca atender el teléfono y escuchar la voz del acosador, mientras que la otra cara de la moneda es la zarpada Barb de Margot Kidder (la Lois Lane de las Superman de Christopher Reeve) la hermana borracha a la que no todas quieren pero que tiene los mejores momentos de la película; Andrea Martin interpreta a la rara Phyl con sobriedad, mientras que la señora Mac de Marian Waldman es extremadamente hilarante cada vez que nos muestra donde esconde sus reservas de alcohol; es extraño como hicieron encajar esas escenas graciosas durante la primera parte de la película, pero funcionan.
 Por otra parte, el elenco masculino acompaño soberbiamente a las féminas: por un lado tenemos al Teniente Fuller de John Saxon (el padre de la heroína de A Nightmare on Elm Street de Wes Craven) y por el otro a Keir Dullea y sus magnéticos ojos azules siendo Peter, el conflictuado novio de Jess. Muy buen trabajo de parte de los dos.

 El director Bob Clark hizo un buen duo con el guionista Roy Moore; Clark expmirió al máximo la enorme casa para tener varias tomas de la acción entre paredes con un ojo avizor inquietante, apacible pero atento, en donde se destaca más el punto de vista del asesino, técnica que luego se haría reconocida con los ataques de Michael Myers en Halloween; esos ratos en los que somos el asesino, y escuchamos su respiración, son únicos.
 Por otro lado, el guión de Roy Moore es sencillo y va al grano, está plagado de personajes interesantes y no recurre a trucos mañidos con respecto a la acción y las muertes, es más, deja un par de cabos sueltos, y principalmente la historia detrás del asesino, para que cada uno se arme la historia previa y lo que pasa en la conclusión del film. Raras veces una película de horror te deja picando el final para que uno arme el rompecabezas por sí mismo.

 Black Christmas es un hito en la historia del cine de terror, originando en sus fotogramas lo que luego sería una constante a seguir en propuestas de esta clase; es una pena que la avalancha de historias similares la haya llevado al ostracismo, pero que es una ficha importante en la historia del horror, lo es, y nadie le va a quitar ese título.


  Calificación: A

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me pareció una película realmente buena, muy recomendable. Hay buenos personajes, con carácter propio. Me gustó sobre todo el ambiente cerrado que parece abrirse de manera muy curiosa: todos los crímenes ocurren en la casa, pero los personajes entran y salen de ella a su antojo, como si tuvieran la oportunidad de escapar pero no pudieran hacerlo, siempre acaban volviendo ahí. Hay policías y gente del pueblo rondando las calles, pero el asesino y sus víctimas están dentro, no fuera; el peligro está en casa, no en el exterior. Es curioso como el padre de la primera víctima busca incansablemente a su hija por todo el pueblo, pero a nadie se le ocurre revisar el ático de la casa. Extraño y turbador.

Lo que no me gustó es simplemente una cosa personal: la vi principalmente porque aparece en la ficha de Keir Dullea. Pero aunque su nombre aparece casi a la cabeza del reparto, él tiene muy pocas escenas y además lleva un peinado y ropaje horroroso que lo afean bastante. Quien diría que el elegante y bien peinado David de ''David y Lisa'' podría usar una melena de león y un espeluznante chaqueta a cuadros, eso si que da mieeeeeedoooo... aunque más miedo da tener que pasar por el ridículo jueguito de No soy un robot para poder comentar en alguna página virtual, ¿qué demonios tienen contra los robots?