sábado, 26 de noviembre de 2011

Drive

Año: 2011
Género: Thriller.
País: Estados Unidos.
Duración:  100 minutos.
Dirección: Nicolas Winding Refn.
Intérpretes: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Bryan Kranston, Albert Brooks, Christina Hendricks, Oscar Isaac, Ron Pearlman.

"Driver es un conductor doble de riesgo por el día y un conductor para fugas por la noche. Pero no importa el trabajo que tenga que hacer porque Driver se siente siempre a gusto detrás del volante. Shannon es mentor de Driver a la vez que su jefe. Desde que se dio cuenta del talento de Driver al volante, le busca directores de cine y televisión para sus películas o criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose una comisión en ambos casos. Pero el mundo de Driver cambia el día que se encuentra con Irene y su vida de un giro peligroso..."

 Drive es una historia bien contada. Aunque su temática parezca en un principio trillada, lo que hace que la película se destaque son los matices que su director Nicolas Winding Refn le aporta desde diferentes ópticas para atraparte durante hora y media en una historia que, al final, uno no quiere que termine.

 Comenzando con una tensa pero excelentemente orquestada primera escena, es ahí cuando conocemos las primeras (y tal vez únicas) pinceladas al personaje principal, Driver (nunca sabemos su nombre); es un hombre parco, de pocas pero significantes palabras: habla lo justo y necesario, y lo que no dice en palabras lo dice con miradas, profundas y potentes miradas. Sin quererlo comienza a enredarse en la vida de su vecina Irene, a compartir momentos con ella y su hijo Benicio; cuando el marido de irene, Standard salga de la cárcel y regrese a sus vidas, es ése momentos en que la espiral descontrolada de la película entra en efecto.

 El guión de Hossein Amini no es grandilocuente, no tiene escenarios estrambóticos ni nada por el estilo, sino que se basa en la sencillez y en la economía de parlamentos que posee cada personaje. Tras que no hay grandes diálogos, la historia se mueve gracias a sus interesantes personajes, que pueblan la historia logrando hacer mella en el espectador. Ryan Gosling se calzó la horma de Driver a la perfección y entrega la interpretación más lograda de la película: a través de sus expresiones y sus acciones transmite mucha más emotividad y violencia que si las hubiera expresado en palabras. Si algo tenía que hacer para consolidarse en la industria, creo que en Drive lo ha logrado con creces.

 En líneas generales, todo el elenco es brillante y sin desperdicio alguno: Carey Mulligan se pone en la piel de una mujer atribulada, Oscar Isaac es su esposo recién salido de la cárcel que tiene un mínimo pero fundamental papel, la hermosa Christina Hendricks aporta mucha sensualidad a la ecuación, Ron Pearlman cuelga el disfraz de Hellboy para interpretar a un matón elocuente, y después tenemos a dos grandes como lo son Bryan Cranston y Albert Brooks; Cranston sigue en la nubes con sus papeles excelentes, y Brooks se lleva las palmas como el villano de turno, un hombre al que nadie se le cruza en su camino. Lo mejor de todo es que es un villano no tan villano, hay algo en él que hace que el espectador genere empatía aunque sea un asesino. Sin lugar a dudas, una interpretacion para aplaudir.

 Drive no sería lo que es sin su Nicolas Winding Refn. El muchacho sabe como armar un rompecabezas fílmico, sabe como elegir bien los elementos con los que va a jugar, sabe como mantener al espectador comiéndose las uñas. Acá hay un visionario, hay cine de autor, y la característica más márcada que transmite en su película es que, a pesar de no identiciar bien el porqué, uno termina amando la película; ya sea por su historia sencilla elevada por interpretaciones magistrales y escenas perfectamente filmadas. Hay amor por lo que se hace, y claremente Winding Refn ama las película de los años '80, debe admirar la serie Miami Vice porque desde los mismos créditos destila la esencia de aquella icónica serie policial.
 Algo que no esperaba es que Drive sea tan brutal; me sorprendió sobremanera cuando los personajes empiezan a caer como moscas y todo es válido para asesinar: navajas, cuchillos, pistolas, escopetas, tenedores, incluso hasta los propios pies de uno. Sangre es lo que no le falta a la película.

 El puñetazo final lo da la hipnótica banda de sonido, compuesta en su mayoría por mi idolatrado Cliff Martinez, que en poco tiempo ha hecho un trabajo estupendo y me ha conquistado de una manera obscena, podría decir. Los temas que él no compuso también acompañan perfectamente a la narrativa de Drive, la complementa inusitadamente. No puedo dejar de dejarles el link para descargar esta sublime banda sonora que ya entra a lo mejor de este año, musicalmente hablando.
 Espero que este año la Academia no se olvide de Drive; con mucha suerte los encantará con ese je ne sais quoi que ha logrado encantar a cada uno de los que ven la película. Recomendadísima para aquellos que gusten del buen cine de autor y de una buena película con una trama e interpretaciones por encima de la media.


Calificación: A

viernes, 25 de noviembre de 2011

Cuarentena 2: La Terminal (Quarantine 2: Terminal)

Año: 2011
Género: Horror.
País: Estados Unidos.
Duración:86 minutos.
Dirección:John Pogue
Intérpretes: Mercedes Masöhn, Josh Cooke, Mattie Liptak, Noree Victoria, Ignacio Serricchio, Bre Blair.

Temprano esta misma noche, una extraña enfermedad fue liberada en un complejo de departamentos en Los Angeles... y nadie salió vivo. Aún así, algo ha escapado. Ahora, a bordo del Vuelo 318,  los primeros síntomas de esta enfermedad han comenzado a aparecer y mientras la infección comienza a expandirse, los inocentes pasajeros se transforman repentinamente en asesinos sedientos de sangre. Forzados a aterrizar en una terminal aislada, y rodeados de agentes gubernamentales armados, la tripulación y los pasajeros entran en pánico, y la única pregunta que se suscita es cúan lejos están dispuestos a llegar para sobrevivir..."

 En 2008, Sony estrenó en cines americanos Quarantine (leer reseña aquí), la versión americana del suceso español [REC] (leer reseña aquí) que generó una reovlución a nivel mundial pero que recién llegó a tierras americanas un año después de la remake; curiosamente, la película fue vapuleada por la crítica excepto en Estados Unidos, donde encontró su limitado público debido al hecho de que no tenían con qué compararla.
 Tres años después, Cuarentena 2 arriba directo a DVD; uno esperaría que sea un fiasco absoluto, pero en resmidas cuentas, es una más que competente secuela que hace maravillas con el acotado presupuesto con el que cuentan estas propuestas.

 Cuarentena 2 comienza, de alguna manera, arriba de un avión. En un pequeño tramo de la película se presentan a los personajes (víctimas) que pasearan por la película, hasta ahora, en su estado normal para luego convertirse en sádicos monstruos asesinos. Están las azafatas, los pilotos, el pasajero instransigente, el nenito de turno (parece el doble de Justien Bieber), el profesor correcto, la pareja de ancianos, etc. Todos los tópicos se encuentran representados, así que igualdad hay. En cierto momento está la clara alusión al incidente de la primera escena y, claro, luego las cosas se descontrolan.

Inesperadamente, el mismo virus que atacó los inquilinos del complejo de departamentos se ha colado en el avión, infectado a un pasajero y, una cosa lleva a la otra, y pronto todos los pasajeros del avión descienden, para encontrarse atrapados dentro de la terminal. Nadie les indica qué sucede ni qué pasará con ellos, pero lo cierto es que si intentan salir del complejo, mueren. Siguiendo los mismos patrones de la versión española y la americana, la tensión y el caos entre los supervivientes no tardará en suscitarse, habrá peleas, rencores y muerte cada cinco minutos, y el tiempo se acaba.

Siguiendo todos los parámetros utilizables previamente establecidos, poco a poco el grupo irá disminuyendo con cada ataque, hasta que al final queden los personajes más obvios; si bien la secuela [REC] 2 tomó un camino inesperado en cuanto a su historia, Cuarentena 2 se atiene a continuar su propia mitología presentada en la anterior entrega y sigue su propio camino, sin tomar en cuenta la secuela española, algo que es de buen ver. Por supuesto, al final todo queda picando para una hipotética tercera entrega.

 El director y guionista John Pogue (guionista de Ghost Ship, The Skulls y U.S Marshals) realizó un sólido trabajo con el presupuesto que le otorgaron, utilizando muy bien la enorme terminal en la que transcurre la película; cierto es que el valor de producción afecta bastante a la trama, y muchos la tildarán como un producto barato, pero Pogue se encargó de filmar situaciones bien claustrofóbicas (el primer ataque en el avión descendiendo, por ejemplo) y una evolución orgánica en la trama. Por el lado técnico, los infectados no lucen tan aterradores como antes, pero sus esporádicas apariciones son rápidas, violentas y brutales. No hay cuartel cuando aparecen corriendo de la nada, dispuestos a atacar.

Por otro lado, el elenco hace un buen trabajo si nos atenemos a los protagonistas: mientras que los secundarios tienen un desarrollo bastante pobre y una interpretación acorde, en el caso de la azafata Jenny (Mercedes Masöhn) y el profesor Henry (Josh Cooke) realizan tarea más que satisfactoria como los héroes de turno. Un punto también por la aparición de un personaje argentino en la trama (Ed, el trabajador de la terminal) que hace directa referencia al argentino entre los españoles en [REC]

Aunque se sienta un escalón por debajo de su precursora, Cuarentena 2 tiene buenos momentos y una buena trama que continúa la historia, suficientes elementos como para poder disfrutar tranquilos de esta secuela, sin prejuicios.


Calificación: B-

martes, 22 de noviembre de 2011

Amanecer: Parte I (The Twilight Saga: Breaking Dawn - Part I)

Año: 2011
Género: Drama romántico.
País: Estados Unidos.
Duración: 117 minutos.
Dirección: Bill Condon.
Intérpretes: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner, Kellan Lutz, Nikki Reed, Peter Facinelli, Elizabeth Reaser, Jackson Rathbone, Ashley Greene, Billy Burke, Mia Maestro, Maggie Grace.

 "La dicha matrimonial de la nueva pareja formada entre Bella Swan y Edward Cullen se ve truncada cuando una serie de traiciones e infortunios amenazan con destruir su mundo. Luego de la boda, Bella y Edward se trasladan a Río de Janeiro para su luna de miel y finalmente concretan su amor. Bella se descubre rápidamente embarazada y este hecho pondrá en movimiento una cadena de eventos peligrosos que enfrenta a los Cullen y sus aliados contra los Volturi, el temible consejo de vampiros, preparando el escenario para una batalla sin cuartel."

 No sé si muchos sabrán esto, porque me parece que ya lo he repetido varias veces durante el riguroso paso de leer los correspondientes libros de la saga literaria en conjunto con las películas correspondientes a la saga fílmica, pero en sus comienzos fui un ávido defensor tanto del primer libro como de la primera película de Twilight. Me pareció que el libro era de alguna manera diferente y muy bien apuntado a la nueva generación de lectores más interesados en tener un Ipod que otra cosa. La película captó la esencia del libro a la perfección, pero viendo el resultado de Amanecer, el (forzoso) penúltimo capítulo de la serie, me dan ganas de que realmente la serie no se hubiera convertido en serie nunca...

 Si bien odio hacer las comparaciones una vez más, Harry Potter and the Deathly Hallows fue separada en dos partes para cubrir apropiadamente muchos temas trascendentales que no entraban en dos horas y media de metraje; en el caso de Amanecer, en sus más de 800 páginas hay muy pocos temas que aporten peso a la trama, y más que nada se encuentran en la segunda parte del libro, por lo cual eso hace que Parte I sea un fragmento de la trama totalmente estirado hasta el extremo con las extensas escenas de la boda y la posterior luna de miel. En casi dos horas de duración poco y nada sucede en términos de acción y suspenso, si exceptuamos la sorpresa del malévolo embarazo de Bella y esos quince minutos finales en donde la trama cobra fuerza y tensión, tal vez demasiado tarde para atraer al espectador ajeno a la serie de libros.

 Por supuesto, los fanáticos estarán de parabienes ya que sus escenas favoritas están presentes en la pantalla grande; habiendo leído el libro me da pena volver a revivir las pésimas elecciones que hizo Stephenie Meyer para resolver alguno de los conflictos que se presentan en la película (el momento del macho Alfa es igual de paupérrimo que en el libro, un poquito mejor incluso me arreisgaría a decir) aunque por otro lado, la escena del parto, si bien no es tan brutal como en el libro, quedó muy bien plasmada en la pantalla y se puede considerar uno de los mejores momentos de toda la saga de películas.

 Melissa Rosemberg, la autora de todos los guiones de la saga, hizo lo que pudo con lo que tenía a mano pero los diálogos siguen quedando extraños, edulcorados al extremo, noños; en cierto momento funcionan, como la escena en la que varios personajes dan un pequeño discurso sobre los recién casados. Incluso hay un mensaje interesante sobre el aborto, pero toda consciencia moral se pierde en el medio...

 Siguiendo con la costumbre, el trío de protagonistas intenta sobrevivir al desafío de sus vidas intentando darles vida a Bella, Edward y Jacob: Kristen Stewart perdió toda la gracia boba que hacía de su Bella Swan en la Twilight original tan entretenida y no la salva su repertorio de caras similares durante la película, ajenas a cualquier cambio de expresión. Todo su trabajo es muy pobre, exceptuando la escena del parto, en donde le da rienda suelta a su animal interno. Robert Pattinson, más pálido que de costumbre (y sin brillar bajo el sol de Brasil, ¿qué sucedió ahí?) e igualmente hecho de madera, es sobrepasado actoralmente por Taylor Lautner que, aunque su actuación no es para alquilar balcones, suerte efecto dándole un poco de calidez a su personaje. Del resto, ¿hace falta decir que están por puro decorado a esta altura del partido?

 Y si hay algo que realmente no entiendo es cómo el presupuesto para esta entrega alcanzó los $110 millones de dólares cuando la calidad es la misma que la de las anteriores secuelas: no vi cambios radicales en la animación (los lobos siguen luciendo igual, el estado demacrado de Bella, aunque bueno, fue mayormente a base de maquillaje) y no hubo explosivas adiciones al elenco. Me sorprende que del presupuesto de Eclipse ($68 millones) hayan aumentado $42 millones (tan sólo en lo que se refiere a la Parte I) ¿Será que los secundarios pidieron aumento de caché?

Me apena mucho que un director de renombre como Bill Condon haya aceptado hacer las dos entregas, porque no hay un toque distintivo, no hay una chipa directorial, sino que Amanecer no se diferencia con ninguna de las secuelas en casi nada. Es como si Condon hubiera apretado el modo automático y se dedicara a filmar y cobrar el suculento cheque. Nada más.

Otro detalle que me picó también fue que, al menos en las dos primeras películas, había claros momentos en los que la música se acoplaba perfectamente a cierta escena del film y daban lo que yo llamo 'EL momento de la película': en Twilight, era el partido de baseball y en New Moon, era el escape de Victoria. En Amanecer, no sólo no hay momento musical apropiado, sino que la banda de sonido apenas coordina con las escenas; al menos Carter Burwell regresa para componer la banda sonora, porque sino estaban más que perdidos ya...

 Pensé que al dividir Amanecer quizás podrían subsanar el tedio generalizado del libro, pero no, han cimentado el nivel de aburrimiento en un nuevo nivel, un estándar bastante bajo para una serie que viene descendiendo en picada y terminará de estrellarse en Amanecer: Parte II. Los fanáticos de la historia de amor, estarán satisfechos; el resto, eviten a toda costa este tostón.


Calificación: C-

Terror en lo profundo (Shark Night 3D)

 También comocida como 'Tiburón 3D: La presa'

 Año:2011
Género: Horror.
País: Estados Unidos.
Duración: 91 minutos.
Dirección: David R. Ellis.
Intérpretes: Sara Paxton, Dustin Milligan, Chris Carmack, Katharine McPhee, Joel David Moore, Chris Zylka, Alyssa Diaz, Sinqua Walls, Donal Logue, Joshua Leonard.

    "Al llegar en bote a la cabaña familiar de su familia en una isla en Lousiana, Sara y sus amigos rápidamente se ponen sus trajes de baño para disfrutar de un fin de semana a pura diversión bajo el sol. Pero cuando el futbolista Malik sale del lago de agua salada con un brazo menos, el ánimo festivo se acaba enseguida. Asumiendo que la herida ha sido causada por un extraño accidente mientras hacía wakeboarding, el grupo se percata de que tienen que transladar a Malik al hospital al otro lado del lago, y rápido.

 No todo es tan sencillo como parece, ya que al subirse todos a una pequeña lancha, los universitarios descubren que el lago está infestado con cientos de tiburones hambrientos. Mientras se enfrentan a una muerte violenta tras otra, Sara y los otros luchan desesperadamente por mantener alejados a los tiburones, a la vez que intentan conseguir ayuda y mantenerse vivos los suficiente para llegar a la seguridad de la tierra firme."


 En un intento que podría ser catalogado como 'manotazo de ahogado', una nueva película de terror con escualos fue lanzada al mercado y es hoy que tenemos Shark Night 3D (ni siquiera se molestaron en sacarle el 3D al título de la versión 2D) una versión totalmente neutralizada de la diversión acuática que nos proveyó Piranha en 2010, ya que la calificación PG-13 arruinó cualquier chance de que la película sobreviviera en el box office. Tiene sus momentos, pero no bastan para satisfacer la demanda que crea.

Como todas las películas del género, de primera mano conocemos al grupo de (des)afortunados que viajarán a la pequeña isla de la ricachona de turno, una isla rodeada por un lago de agua salada. El atleta negro que depende de una beca para seguir estudiando, el friki que juega a los videojuegos, la novia del atleta, la casi zorra del grupo, la heroína bonita, el estudioso (bah, nos hacen pasar por estudioso al ponernos a un pibe lindo con gafas) y el modelito masculino sin cerebro, todos son de la partida que próximamente será carnada de los tiburones con hambre de carne joven.

 El guión de los novatos Will Hayes y Jesse Studenberg encuentra un par de vueltas para mantener a este grupo dentro del agua, tiene buenas excusas, y hasta el motivo de porqué hay tiburones en el lago es bastante competente para satisface al que no espere nada de la película; si ven el trailer la trama devela el porqué de los tiburones, pero la razón es bastante prometedora, en realidad. Lo que lastima terriblemente a la película es la promesa de ver sangre y muertes a manos de los bichejos del mar, y el resultado no podía ser más desalentador: cada vez que le toca morir a alguno de los jóvenes, sólo vemos como éstos son revoleados de aquí para allá sobre y bajo el agua y cómo la sangre se va distinguiendo en los alrededores, pero nada más.

 Por el apartado técnico, todas las variedades de tiburones que aparecen estan creados íntegramente por computadora, a excepción de uno que claramente no lo es. Que estén diseñados gracias al CGI no los hacen menos escalofriantes, pero hay algo que simplemente no cierra. Si las muertes hubieran sido más sangrientas, hubieran estado pasables, como el momento de la moto de agua o el de los pequeños tiburones atacando en manada.

El elenco tampoco de de maravillas que digamos: si exceptuamos a la siempre hermosa y solvente Sara Paxton, el pibón de Katharine McPhee y el nerd de Joel David Moore, poco nos queda después con los pobres estereotipos del deportista, su novia y el tonto-lindo de turno. Incluso los villanos dan risa, y están pobremente delineados: Chris Carmack, por más buen cuerpo que tengas, no funcionás. Y me da tristeza que Joshua Leonard, que tan bien estuvo en El proyecto Blair Witch, haga aguas miserablemente acá.

 A mi gusto, a David R. Ellis, que me sorprendió con la igualmente patética y divertida Snakes on a Plane, le hubiera servido darle ese toque de mal gusto, humor negro y despreocupación a Shark Night. La película es muy plana, muy básica, y prácticamente no se siente el espíritu clase B del director.

 Shark Night hubiera podido funcionar un poco mejor en taquilla de lo que hizo con una calificación R que con una PG-13, que anuló cualquier chance que tenía la película de resultar al menos pasable para los sabuesos del horror. Esperemos que Piranha 3DD devuelva el sangriento honor a las aguas el año que viene.


Calificación: C

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Cujo



"Durante toda su vida Cujo fue un buen perro, un San Bernardo grandote, pacífico, juguetón y amante de los niños. Realmente se trataba de un perro bueno y feliz. Feliz hasta que le sucedió algo, y el cerebro de perro de Cujo se cubrió de una de esas oscuridades que se alimentan de sangre. Ahora, se ha convertido en un perro asesino; doblemente cruel por cuanto la gente no conoce su mutación y aún le ve en su anterior bondad. Heraldo de un pequeño Apocalipsis, Cujo desencadenará sobre un pueblo modélico un huracán de pánico y de muerte."

Cujo: antigua palabra india que significa 'fuerza imparable'. Ya con ese prontuario uno sabe pordónde va a transitar el libro del tío Stephen. Escrito durante sus años de gloria, donde también la fama le costó un alto precio, ya que el mismo King asegura que poco y nada se acuerda de haber escrito este libro debido a la pesada influencia del alcohol en su vida durante esos momentos. Pero, si tenemos en cuenta la calidad del libro y las condiciones bajo las que fue escrito, hay que hacerle un monumento porque es un trabajo bastante sólido con los muchos toques macabros con los que el autor se ha hecho su fama.

El hecho principal que actúa como disparador de la novela es sencillo y a la vez, francamente fascinante: persiguiendo un conejo, el San Bernardo Cujo mete la cabeza en una pequeña cueva, donde un par de murciélagos lo muerden y lo contagian de rabia. Tan simple como eso y ya tenemos la receta para el horror casi lista. Por otro lado, los protagonistas en el centro del huracán son la familia Trenton: el papá, Vic, dueño de una firma de propagandas que está por irse al garete con un problemita que tuvieron los cereales que ellos patrocinaron; la mamá Donna que, aburrida de su vida de ama de casa comienza un affair algo turbio con el semental del pueblo, y el pequeño Tad, que le teme a una criatura escondida en su ropero. Claro, hay más personajes en el ruedo (la familia Camber, dueña de Cujo son los secundarios más relevantes) y cada uno se mueve cual ficha de ajedrez para que la situación asfixiante sea propicia: Donna y Tad, encerrados en su auto, a merced de los ataques incontrolables de un rabioso Cujo.

 Hasta llegar a ese momento crucial en el libro, King se encarga de construir una historia para los personaje principales: si bien la novela por momentos sigue la odisea de Vic Trenton de mantener su firma intacta con el problema de los cereales, el mayor peso dramático recae en Donna, la esposa infiel, quien piensa que el ataque del perro y todo lo que les sucede es un castigo divino por haber traicionado a su esposo. No sólo es eso, sino que la explicación de la infidelidad no la justifica, sino que la hace más humana, frente a su marido y al lector; por otro lado, Charity Camber tiene una historia secundaria enfrentando al retrógrado de su marido, un neandarthal social que pretende arrastrar a su hijo Brett hacia una vida vacua  y sinsentido. Yo no sé qué habrá estado tomando King mientras escribía, pero ha debido de ser alcohol del bueno, porque los personajes son fascinantes y están bien construídos.

 Una vez llegados a la trampa del auto, King se desata de nuevo provocando una vorágine de horror y confinamiento muy bien narrados, tanto desde el punto de vista de Donna y su hijo encerrados en el auto, como tomando el punto de vista de Cujo, quien necesita atacar a esas personas dentro del auto, a las que cree, fueron causantes de su situación actual. No puedo dejar de expresar la genialidad con la cual narra la historia desde el punto de vista del perro, llamando a los personajes HOMBRE, MUJER y NIÑO con mayúsculas. Aplaudo este recurso narrativo. No hay muchas muertes en el libro, la mayoría son esperables pero la última, con eso King se despide brutalmente con un toque de ironía y mala leche que no pensé que iba a suceder. Es triste, pero encaja dentro del horror que pretende demostrar el libro.

Dos años después de la salida del libro se realizó una adaptación fílmica del libro con Dee Wallace como Donna Trenton; la película me pareció francamente fascinante ya que adapta muy fielmente la historia del libro, con algunos cambios menores para darle un poco más de acción y suspenso a la cosa, y también un cambio radical en el final, cortesía del propio King (quien ayudó en la escritura del guión de la película), que luego de muchos años decidió ser un poco más benévolo con el final. Ambos, el libro y la película, fueron vastamente infravalorados, ya que presentan grandes trabajos de la mente del Maestro del Terror.

 Calificación: Buena

jueves, 3 de noviembre de 2011

El carro de la muerte

"Los británicos se han rendido y en Buenos Aires impera la confusión. Mientras el pueblo se organiza para resistir una nueva invasion y los poderosos se disputan el mando del virreinato, el doctor Samuel Redhead deberá investigar las muertes de varios esclavos que a nadie más parecen conmover. Simultáneamente, el pasado que creía enterrado irrumpirá en su vida con graves consecuencias y lo expondrá ante sus enemigos.
En medio de falsas acusaciones y sin tener en claro quién es quién, el médico buscará hacer justicia y poner de manifiesto la inhumanidad de un sistema que está llegando a su fin."

 Lento pero seguro, el personaje de Samuel Redhead se ha ido colando en la literatura argentina. Escalando poco a poco en el imaginario narrativo de la Argentina, Redhead, el médico devenido en detective creado por Mercedes Giuffré ha llegado nada menos que a su tercera aventura en los pagos virreinales con las Invasiones Inglesas de fondo, y le dio una vuelta de tuerca al siempre presente género policial.

Dejándonos con la miel en la boca en la anterior entrega, El peso de la verdad, El carro de la muerte comienza donde la anterior entrega terminó (en este punto, no es imprescindible haber leído las anteriores entregas pero sí es muy recomendable para ya tener la radiografía preparada de los varios personajes que pueblan esta historia) con los ingleses recapitulando y mezclándose entre los coloniales no sin generar un revuelo de aquellos. Entre medio de todos los soldados se encuentra Willie Cameron, el medio hermano de Samuel quien es un objetivo demasiado fácil en los tiempos turbulentos que corren, ya que no son nada bien recibidos los extranjeros con ansias de conquistar y cada dos por tres hay ataques contra ellos. Y por si fuera poco, alguien está matando esclavos y arrojando sus cuerpos en lugares públicos, hecho que prenderá la mecha detectivesca de Samuel una vez más.

 Nuevamente nos vemos inmersos en la búsqueda de la verdad de Redhead, en un ambiente hostil en el cual sus enemigos acérrimos andan libres e interponiéndose en su investigación, los cuidados para con su medio hermano Willie no son los suficientes, los ánimos están caldeados y todo podría explotar en cualquier momento. Las pistas aparecen aquí y allá, los enemigos pueden ser los mejores amigos, nada es lo que parece. La más grande virtud de Mercedes Giuffré es no dejarnos nada en claro hasta el último minuto. Todas las pistas se van recolectando en la lectura a la par de lo que Samuel va descubriendo, y es en el final cuando todo se despeja magistralmente gracias a la mente aguda de nuestro detective favorito. A muchos puede llegar a molestarles el hecho de no adivinar a ciencia cierta quién está detrás de los asesinatos, pero se agradece que no todo sea tan obvio y se resuelva simplemente a mitad del libro y que la segunda mitad aburra. Acá la resolución llega de manera sorpresiva, en un giro que no se espera.

 Por otro lado, varios cabos sueltos diseminados desde las anteriores entregas encuentran una respuesta en la tercera entrega: finalmente podemos saber más de los misterios de Redhead y sus impresionante capacidad de deducción en Londres, en un momento que parece una precuela pero que tiene su impacto al final, cuando el pasado del protagonista vuelva más vivo que nunca: sencillamente, la sorpresa de la revelación de los asesinatos y luego, la sorpresa de un personaje del pasado de Redhead elevaron el nivel de la novela a la estratósfera. El personaje de Clara Ocampo regresa por más en El carro de la muerte, esta vez para cerrar su historia de encuentros y desencuentros con Samuel. Si antes me decepcionó la falta de romanticismo corpóreo en la última novela de Florencia Bonelli, no pude dejar de asombrarme con el hecho de que en un par de pinceladas, Mercedes haya puesto la frutilla en la historia de Samuel y Clara de una manera tan racional y llena de amor. ¡Finalmente!

 Como no podía ser de otra manera, quedan varias líneas perceptibles de para dónde va a disparar la acción en una cuarta e hipotética aventura: hubo vislumbramiento de amor entre Willie y una de las hijas de Elisa Alvarado, qué pasará ahora en Buenos Aires con el tema de la revolución, qué les espera a Redhead y Clara en el futuro. Muchos interrogantes que de seguro resurgirán con fuerza en el futuro.

 Redondeando, la trilogía (al momento) de Samuel Redhead es revitalizante en el género policial argentino y, además de ser buenos estandartes de literatura argentina, también pueden disparar la chispa invetigativa de varios para saber más de la historia del país. ¡Mercedes, lo has hecho de nuevo!

Calificación: Muy Buena

martes, 1 de noviembre de 2011

Contagio (Contagion)

Año: 2011.
Género: Thriller
País: Estados Unidos.
Duración: 106 minutos.
Dirección: Steven Soderbergh
Intérpretes: Marion Cotilliard, Matt Damon, Laurence Fishburne, Jude Law, Gwyneth Paltrow, Kate Winslet, Jennifer Ehle, Bryan Cranston, John Hawkes, Elliot Gould, Sanaa Lathan.

 "Cuando Beth Emhoff regresa a Minneapolis de un viaje de negocios en Hong Kong, lo que pensó que era solo jet-lag se transforma en algo fatal. Dos días después, muere en la sala de urgencias y los doctores le dicen a su impactado y desconsolado esposo que no tienen idea de la causa. Pronto, otros sufren los mismos síntomas misteriosos: tos seca y fiebre, seguidas de ataques y hemorragia cerebrales… y finalmente la muerte. En Minneapolis, Chicago, Londres, París, Tokio y Hong Kong, los números se multiplican con rapidez: un caso se convierte en cuatro, luego dieciséis, luego cientos, miles, a medida que el contagio pasa todas las fronteras, impulsado por las innumerables interacciones humanas que componen el curso de un día cualquiera. Una pandemia mundial estalla.  

En los Centros de Control y Prevención de Enfermedades norteamericanos, los investigadores se movilizan para descifrar la clave de un virus biológico único que continúa mutando. A medida que va creciendo el número de víctimas y la gente lucha por protegerse a sí misma y a sus seres queridos en una sociedad en descomposición, un bloguero y activista declara que al público no se le está diciendo la verdad sobre lo que realmente está pasando, y desencadena una epidemia de paranoia y miedo tan infecciosa como el mismo virus."

Steven Soderbergh es una máquina imparable; incluso después de los anuncios de que dejaría la dirección luego de filmar sus últimas tres películas ( a sabiendas de que Hollywood perderá una de sus voces más reconocidas) Steven continúa entregando pequeñas joyas cinematográficas. Contagio no cae lejos del saco y en una hiperrealista visión cotidiana narra el origen y ¿el final? de un brote vírico mundial con un elenco de actores y actrices de primer nivel. ¿El resultado? Un gran thriller que dejará a más de uno paranoico.

 Inspirándose coincidentemente en los minutos iniciales de Scream, Contagio no tiene miedo a matar de un plumazo a una de sus actrices de caché y Gwyneth Paltrow se convierte en la primera víctima de esta gripe destructiva que acaba con la vida de un ser humano en cuestión de horas. No pensemos en zombies ni rabiosos: tan sólo un par de violentas convulsiones y el amargo sopor de la muerte. Esta muerte (escasos pero geniales momentos de Gwyneth) desencadena la trama de toda la película, con varios agentes de los centros de control de enfermedades de todo el mundo intentando controlar la diseminación del MEV-1, buscar una cura y mientras tanto, lidiar con todas las repercusiones que este evento inesperado trae consigo.

  Esta gran historia coral entrecruza al enorme y talentoso elenco en una carrera por frenar al MEV-1, mostrando diferentes aspectos de la misma situación: mientras los personajes de Laurence Fishburne, Kate Winslet y Marion Cotilliard intentan individualizar el origen del virus (transmitido vía el tacto sobre las superficies), Jennifer Ehle y Elliot Gould intentan encontrar una vacuna, y Matt Damon, John Hawkes y Sanaa Lathan observan como meros mortales los resultados del desastre en la población. El otro cabo resulta el periodista blogger de Jude Law, que actúa como informador conspiracionista de turno, que aduce que el gobierno esconde más cosas de las que anuncia.

 De más está decir que ningún actor está desperdiciado: todos cumplen con sus papeles al unísono, y al ser una historia con muchos puntos de vista cada uno tiene su momento para brillar. Matt Damon como el abnegado padre de familia que ve a su familia desmoronada por la muerte, Laurence Fishburne como un atribulado doctor a cargo de la contención de la plaga, Kate Winslet como una de la trabajadoras de campo que intenta frenar el contagio, Marion Cotilliard como una epidemióloga con el proósito de averiguar el origen del MEV-1, Jennifer Ehle (me dejó impresionado totalmente) como la doctora encargada de investigar el virus e intentar encontrar una cura, todos tienen su momento de lucimiento y, aunque no todos tienen el mismo tiempo en pantalla, lo comparten equilibradamente y no por eso no aportan lo mejor a sus papeles.

Casi como si de un documental se tratase, el guión de Scott Z. Burns está maravilloso y bien conciso; hay mucha jerga científica como para tirar al techo, y lo mejor de todo es que es completamente entendible. No hay un detalle que se haya dejado al azar, todo es realista, los personajes bien construídos (aunque con algunas licencias morales) se ensamblan correctamente y la linealidad de la   historia es bien creíble. Aunque hayan quedado algún que otro hueco con posibilidades para explorar, o bien dudas que quedaron abiertas para una buena charla de café al salir del cine, el guión y la historia tienen bastante alegorías políticas, sociales y morales para plantarse fuerte frente a otras películas del mismo estilo. La escena final, sin ir más lejos, apartándose de un final que apuntaba a lo azucarado, es bastante irónica por sus implicancias.

Contando con un acotado presupuesto para realizar la película en contraste con grandes producciones de   Hollywood (y contando el sueldo a todos estos excelentes y costosos actores), Soderbergh tiene el pulso   suficiente para filmar terribles escenas emotivas como para contrastar,  paseando suavemente por sobre el caos generalizado una vez que la verdad y el miedo se esparzan más rápido que el virus. Tampoco se queda atrás al filmar una la autopsia al personaje de Gwyneth Paltrow: si se quedaron mudos con la autopsia a Jigsaw en Saw IV, también encontrarán un panorama similar y anecdótico aquí. Si me quedo con una escena, bien podría ser la apertura del film y la escena final, ambas potentes por sí mismas. Películas apocalípticas como éstas cuestan millonadas, pero Contagio utiliza sus recursos muy bien dispuestos y las imágenes de calles de Japón vacías se intercalan con aereopuertos vacíos, o con las calles en caos por las que transitan Matt Damon y Jude Law.  

Otro detalle que redondea con creces a la película es la banda sonora de Cliff Martinez. Martinez es un   asiduo colaborador de Soderbergh, y siendo ésta la primera vez que lo escucho en acción, me sorprendió   completamente con una banda de ambiente fría, pulsante, con propiedad y cuerpo, que complemente   perfectamente a las imágenes del director. Hay simbiosis, eso se nota y mucho.

Contagio es muy realista, muy detallada, con grandes actuaciones, una frialdad que sorprende y no   dejará a ninguno insatisfecho; a la salida, más de uno se fijará dónde pone la mano, que acaba de tocar   y a quién acaba de saludar. La paranoia, a flor de piel.


Calificación: B+